Tubacex presenta un ERE que puede afectar a 150 empleos en Álava

En julio del pasado año la empresa anunció que necesitaba hacer un ajuste importante en sus gastos de personal, para lo que estimaba necesario acometer una reducción en el entorno de 500 trabajadores. Una cifra que suponía, aproximadamente, el 20% de la totalidad de la plantilla del grupo, que ascendía entonces a 2.553 trabajadores. Para las factorías situadas en el País Vasco, la acería y el tren de laminación de las localidades alavesas de Amurrio y Llodio, respectivamente, se anticipó un recorte de 150 empleos, para una plantilla total ligeramente superior a los 800. La primera reunión formal de la empresa y los representantes sindicales, en la que se conocerán los detalles de esta iniciativa, está convocada para el próximo lunes, 8 de febrero.

Hace algo más de un mes, a mediados de diciembre, el consejero delegado de la compañía fabricante de tubos inoxidables sin soldadura, Jesús Esmorís, remitió una carta a varios responsables institucionales en el Euskadi en la que se quejaba de no haber podido alcanzar un acuerdo satisfactorio con los sindicatos. Tubacex, según ha hecho público la empresa en varias ocasiones, había propuesto mantener el nivel de empleo en sus plantas vascas pero pactando una reducción del 10% en los costes salariales. Las conversaciones para intentar alcanzar un punto de consenso, indicaba Esmorís en esa carta, se habían prolongado durante meses sin avance alguno.

En esa misma misiva el primer ejecutivo de la compañía argumentaba la necesidad de reducir los costes laborales de estas dos factorías, ante una crisis estructural que atraviesa el sector y también por el hecho de que ambas instalaciones había dejado de ser competitivas. Así, apuntaba que las fábricas de Llodio y Amurrio tienen la jornada laboral más baja de todo el grupo -64 horas menos que en Italia y 322 menos que en Estados Unidos-, al tiempo que mantiene el coste por hora más elevado. El coste laboral medio de la plantilla, que incluye las cotizaciones a la Seguridad Social, supera en estas dos factorías los 74.000 euros anuales y la tasa de absentismo llega al 10,6%, frente a la media del 4% del grupo. Las pérdidas contabilizadas por estas dos factorías en 2019 alcanzaron los 12 millones de euros y Esmorís anticipaba en su misiva a las instituciones que en 2020 -los datos no se han dado a conocer todavía- superarían los 19 millones de euros. El grupo reportó unas pérdidas de 13 millones de euros en los nueve primeros meses del pasado año.

En su mensaje, el consejero delegado venía a destacar la existencia de dos problemas en la empresas que se han superpuesto. El primero, estructural, como consecuencia del hundimiento del mercado del petróleo, al que la empresa destinaba una buena parte de la producción. Un sector que, se intuye, tendrá una fase de declive como consecuencia de la transición energética. La entrada en nuevos segmentos -la industria del hidrógeno, por ejemplo-, tendrá un largo periodo de maduración y no permitiría recuperar los niveles de ventas ligados al petróleo. El segundo problema, en este caso coyuntural, radica en el importante impacto que ha tenido la pandemia en las inversiones en todos los sectores consumidores de tubos inoxidables.

El sindicato ELA hizo público este lunes un comunicado en el que rechaza de forma frontal la intención de la empresa de reducir el empleo en la compañía, al tiempo que reclama la utilización de los fondos europeos para ayudar en la conservación de los puestos de trabajo. ELA apunta que Tubacex ya ha generado un importante ajuste en las fábricas de Llodio y Amurrio a lo largo de 2020, con la eliminación de unos 150 puestos de trabajo eventuales. En esta línea, también han apelado al argumento de que la empresa tuvo importantes beneficios hasta el pasado año.