Cinco gigantes chinos abandonan la Bolsa de EE UU
La decisión ahonda la brecha entre las dos grandes potencias y el desacoplamiento de China y Occidente
Se ha acabado la era en la que los mercados de valores occidentales lanzaban cohetes cuando una empresa china decidía cotizar en su parqué. Las ... tensiones entre el gigante asiático y las potencias anglosajonas se sienten también en el sector financiero y ahondan en el desacoplamiento que inició Donald Trump con su guerra arancelaria, que el año pasado provocó la salida de las tres principales compañías de telecomunicaciones chinas de las bolsas americanas. Ahora, otras cinco grandes empresas estatales del gigante asiático han solicitado el fin de su cotización en EE UU, una decisión que se hará efectiva el 1 de septiembre.
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Son gigantes como PetroChina, la segunda mayor petrolera del mundo por capitalización bursátil, y su competidora Sinopec -incluida la filial de Shanghái que se estrenó en los mercados americanos en 1993-, así como la aseguradora China Life, valorada en casi 100.000 millones de dólares, y la Corporación China de Aluminio (Chalco). Todas ellas han anunciado sus planes en comunicados separados y sin explicar las razones de su salida, pero los expertos apuntan a dos: el escrutinio al que están sujetas desde que en mayo fueron listadas entre las empresas que no cumplen con los estándares de auditoría norteamericanos, y el rifirrafe que enfrenta a Pekín y Washington desde que la presidenta de la Cámara de Representntes de EE UU, Nancy Pelosi, visitó Taiwán, el pasado día 2.
La comisión regulatoria de los mercados de China (CSRC) sí que se pronunció al respecto para dejar claro que las empresas estatales no se van por miedo. «Han cumplido estrictamente con las leyes de EE UU desde que comenzaron a cotizar allí y su marcha responde exclusivamente a consideraciones empresariales», sentenció el organismo. No obstante, a nadie se le escapa que en la lista de 270 empresas con auditorías cuestionables se encuentran algunas de las mayores multinacionales chinas, como Alibaba o Baidu, y que también corren el riesgo de ser expulsadas de las bolsas estadounidenses en 2024, algo que dañaría notablemente su capacidad para levantar capital fuera de su territorio.
La publicación de sus cuentas siempre ha preocupado al Partido Comunista, que prohíbe la fiscalización foránea de las empresas locales, y la salida de las cinco grandes estatales puede indicar que las negociaciones abiertas entre ambos bandos no van por buen camino. «China está enviando un mensaje claro de que está perdiendo la paciencia», afirmó Kai Zhang, consejero del bufete Yuanda, a Reuters. «Estas empresas estatales están en sectores estratégicos y manejan datos que el Gobierno chino puede ser reticente a compartir con reguladores extranjeros», añadió en Bloomberg Redmond Wong, analista de Saxo Markets.
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