Cárdenas: «Llevaba mucho tiempo sin jugar y lo disfruté un montón»

Xabi Cárdenas es una de las siete incorporaciones que ha llevado a cabo el Portugalete durante este mercado invernal. El pivote no saltaba al verde en competición oficial desde hacía diez meses debido a «un problema de salud». No obstante, todo fue sobre ruedas en su regreso y es que poco más podía pedir a su debut con la elástica gualdinegra. Estuvo involucrado en los dos tantos que les sirvieron a los portugalujos para alzarse con el triunfo ante el Padura (1-2). Marcó el primero, que se lo acabaron anotando en propia a Ibon Ramírez por desviar la pelota, y asistió en el segundo a Oier Herrera. «Llevaba muchísimo tiempo sin jugar y lo disfruté un montón», manifiesta.

El centrocampista de Usurbil siempre ha estado cotizado al formarse en la cantera de la Real Sociedad y transitar después por Calahorra, Real Unión, Osasuna Promesas y Real Avilés. Su última aventura fue en el cuadro asturiano, donde era un asiduo hasta que a finales de marzo del año pasado sufrió «una rotura de la proción larga del tendón del bíceps braquial», tal y como anunció el club. Sin embargo, «no fue la lesión que al principio se pensaba, fue más un problema de salud que me tuvo seis meses sin poder hacer deporte», revela a EL CORREO el propio Cárdenas, que durante ese largo proceso, «no sabía si podría volver a hacer deporte», añade.

Por aquel entonces, con 24 años, no fue fácil para él digerir aquello. «Fue un shock», reconoce. Sin embargo, se ha recuperado a la perfección, ha dejado esos fantasmas atrás y puede volver hacer lo que más le gusta. «Para mí poder volver a jugar es la hostia porque en algún momento pensé que no podría hacerlo nunca más», resalta. Además, toda experiencia conlleva un aprendizaje. Esta no es una excepción y valora que «me ha enseñado a relativizar todo mucho más y a disfrutar más del día a día». Un día a día que ahora vive en La Florida de la mano del Portugalete, donde fichó motivado «por el proyecto y la cercanía», apunta.

Cárdenas llega a un Portugalete repleto de caras nuevas, donde es posible que necesiten un tiempo de adaptación para encajar todas las piezas. Sin embargo, él es consciente de que «quedan doce partidos, así que no hay tiempo que esperar». «El hecho de que quede poco tiempo, hace que la exigencia sea mayor porque no hay tanto margen de error», añade. Aun así, también hace un llamamiento a la tranquilidad. «Debemos mantener la calma y no estar demasiado enfocados en mayo, hay que afrontar cada partido como si fuera una final», indica. Opta por la vía del 'partido a partido' para poder revertir la situación y conseguir el ascenso, algo en lo que confía ciegamente.

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