«¡Barakaldo nunca se rinde!»
Afición fiel ·
Cerca de 300 baracaldeses recorrieron más de 800 kilómetros para acompañar al equipo en Orihuela, animando sin cesar incluso después de la derrotaPeru Olazabal
Orihuela
Lunes, 27 de mayo 2024, 00:10
Barakaldo nunca se rinde. Eso es lo que dice el famoso lema que acompaña al club de la Margen Izquierda a las duras y a las maduras. Algo que se puede escuchar corear a los aficionados gualdinegros en las gradas durante el transcurso de cualquier partido, sea cual sea el resultado. Una frase que se corresponde y se ajusta a la perfección con el carácter luchador y obrero que caracteriza al municipio. Algo que resume en pocas palabras y de manera muy explícita lo que los hinchas fabriles más valoran de los jugadores que visten la camiseta de su equipo; garra, pundonor y nunca bajar los brazos. Ahora cobra más sentido que nunca y es que, donde muchos podrían ver la derrota por 3-1 frente al Orihuela como un gran tropiezo que les deja al borde de la eliminación, ahora los futbolistas baracaldeses deben ver una oportunidad para lograr el ascenso a Primera Federación de la manera más épica posible; con una tremenda remontada en Lasesarre.
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Todo apunta a que el estadio será una auténtica olla a presión en busca del hito el próximo sábado a las 18.30 horas. Como muestra, sólo hacía falta ver el masivo desplazamiento de los aficionados hasta Orihuela. Pese a que l encuentro de ida se jugó un domingo por la tarde, lo que obliga a muchos de los que viajaron a trasnochar para acudir a sus trabajos el lunes, cerca de 300 aficionados gualdinegros abarrotaron la grada visitante del Estadio Municipal de Los Arcos. Desde las horas previas, ya se podían ver muchas camisetas gualdinegras por la localidad alicantina, que fueron calentando motores hasta dar el primer aliento de fuerza a los suyos al llegar al llegar al campo. Al bajar del autobús, decenas de seguidores les animaron para que sintieran su apoyo.
Lo que nadie esperaba era que tanta gente se congregara en la grada norte, donde se ubicaron los visitantes. Poco a poco, los aficionados del Barakaldo fueron llenando su parcela hasta haber cerca de 300 personas, que colocaron numerosas banderas del club y de distintas peñas en la pared. Además, la gran mayoría lucía con orgullo su camiseta, la bufanda e incluso alguna bandera que alzaban durante el choque. Un momento espectacular y de mucho colorido fue cuando cantaron el himno del club al unísono con las bufandas en alto, justo antes de que se efectuara el pitido inicial. Los ánimos desde esa parte del estadio fueron constantes, ni siquiera los goles en contra les silenciaron. De hecho, hubo varios momentos donde se escuchó más a los fabriles que a los locales, quiénes llenaron las 4.000 localidades que dispone el estadio, haciendo incluso un tifo con cartulinas a la salida de los jugadores al terreno de juego. El ambiente fue extraordinario.
También fue emotivo que, aun recorriendo tantos kilómetros y haciendo el tremendo esfuerzo de llegar hasta allí, los aficionados ovacionaran al equipo al concluir el encuentro, a pesar de que habían perdido por un contundente 3-1. Un resultado que deja al Barakaldo en una situación muy delicada para conseguir el ascenso a Primera Federación. Fue en ese momento cuando sonó con más fuerza el famoso «¡Barakaldo nunca se rinde!», que fue correspondido con los aplausos de los jugadores. Imanol de la Sota, entrenador del Barakaldo, comentó que «la afición del Barakaldo es un regalo que me han dado estos dos años. No hemos estado solos en ningún lado. Es una pena que el partido no haya sido en otro horario porque hubiéramos desplazado a muchísima más gente, pero estarán calentando motores y preparando las armas para el sábado llevarnos en volandas y ayudarnos a ganar esta eliminatoria». El técnico sabe de la importancia de la hinchada para obrar el milagro.
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