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Tadej Pogacar entra vencedor en la Sierra de Bernia. Efe

Pogacar asombra en Valencia

El joven esloveno no deja de crecer y gana la 'etapa reina', en la que el Euskadi está con los mejores y Valverde cede

Sábado, 8 de febrero 2020, 18:10

Cuando en agosto de 2018 Tadej Pogacar se presentó al mundo con la victoria en el Tour del Porvenir, este deporte preguntó por él. Un esloveno. Rostro infantil. Piernas rechonchas. Cuando justo hace un año ganó la Vuelta al Algarve con 20 años, el ciclismo ya tomó nota. Y cuando en septiembre, en la Vuelta a España, ganó tres etapas de montaña, la última con una tremenda fuga que sostuvo contra todos los favoritos, se supo ya que Pogacar iba a ser uno de los nombres el futuro. Y ese futuro está aquí. El esloveno venció con su cara impasible en la brutal cuesta de la Sierra de Bernia, meta de la cuarta etapa, y ya tiene la Vuelta a Valencia en el bolsillo a falta del paseo final. En julio, con 21 años, debutará en el Tour. Si mantiene su ebullición, no será un joven más que va a la Grande Boucle a aprender. Pogacar ya está licenciado tras ser tercero en la pasada Vuelta. Tiene título de aspirante a todo.

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El ciclismo se está llenando de apellidos jóvenes. Bernal, Evenepoel y Pogacar han derribado todas las puertas. En la segunda etapa de la ronda valenciana, Pogacar había podido con Valverde en el repecho de Cullera, hecho a la medida del murciano. La Sierra de Bernia, una pared sobre Altea, era otra cosa. Cinco kilómetros de cuesta, los tres últimos casi al 14 por ciento. Un muro. Quizá por eso y porque conoce de sobra este paisaje por el que tanto se entrena, el belga Van Avermaet montó un fuga en compañía de su fiel Van Hooydonck, Declerq, Serrano, Cubero y Carboni. Luego se les juntó Pello Bilbao.

El vizcaíno y Van Avermaet fueron los últimos en sucumbir, ya en las rampas de Bernia. Carretera vertical entre casas con piscina. A 3,5 kilómetros del final, cuando el asfalto se empinaba al 20%, Pogacar no se contuvo. «Mis compañeros del UAE habían trabajado mucho hasta ahí. Me tocaba. He apretado al máximo», contó. Reventó la carrera con su cara de hielo. Ni un gesto de asfixia. Sentado. Poels quiso cogerle primero. Luego lo intentó Daniel Martin. En muros así, cada metro es una agonía. Todos se ven. Pero no se tocan. Valverde cedía. Rubén Fernández, líder del Euskadi, resistía, como Ion Izagirre. Remontaban Óscar Rodríguez, De la Parte y Mikel Bizkarra, que confirmaba en nivel del equipo vasco.

Todos se retorcían. Salvo él. Pogacar ni pesteñeaba. Atornillado al sillín cruzó la meta con 5 segundos sobre Poels, 6 sobre Hart y 7 sobre Martin y Haig, líder destronado. A unos metros entraron Teuns, Ion Izagirre, Armée, Óscar Rodríguez, Rubén Fernández, Mikel Bizkarra y De la Parte. Valverde y Soler se dejaron más de un minuto. Pogacar, bufanda al cuello, tiraba ya hacia el podio, su hogar cada vez más habitual.

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