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Primer paso

Jueves, 8 de septiembre 2022, 00:03

España ha cumplido con su compromiso. Ganar a Turquía es un éxito en el momento actual del baloncesto de uno y otro país. En el ... feo partido de ayer, la victoria vino marcada por la diferencia de talento de los responsables técnicos de uno y otro banquillo. En las selecciones, a diferencia de los clubes, es de suponer que los jugadores de recambio son acreedores de ciertas cualidades baloncestísticas. El atávico Ataman, todavía con la resaca de su justa expulsión, decide utilizar a cinco jugadores por encima de los 30 minutos. El resto, a tocar el violín después de cinco partidos en una semana. Podría ser comprensible si el nivel de rendimiento del quinteto hubiera sido incontestable, pero ¿cómo se puede entender que el formidable Larkin, todo un campeón de Euroliga, estuviera 30 minutos en el campo para anotar 3 puntos de 6 intentos?

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Scariolo actuó con más rigor: diez jugadores jugaron un mínimo de 14 minutos. Mantuvo sus rotaciones y el nivel de esfuerzo bastó para ganar. Fue un mal partido, las fuerzas estaban justas. Dos duelos en 24 horas son demasiado. Para España era cuestión de que sus jugadores se demostraran a ellos mismos que tienen entidad para aspirar a la parte alta del torneo. Pocas novedades en cuanto al rendimiento individual de la plantilla: Brown y Willy, un base y un pívot, como jugadores más sólidos hasta el momento. Sacan la cabeza Juancho, López-Aróstegui y Pradilla. Estos últimos, inmersos en la competiciones europeas y sin sueños inmediatos de ir a la aventura americana, pueden afianzarse como continuadores de los Llull y compañía, que sin necesidad de oír la música americana han ganado su buen dinero y reconocimiento. Sáiz y Garuba me decepcionan, el primero se fue muy joven a Japón y el segundo precipitó su marcha a la NBA cuando el sofrito no estaba terminado. Quizás cueste arreglar ese proyecto tan ilusionante. Alberto Díaz es el jugador que cualquier club quiere. Lo demostró ayer al robar un balón decisivo.

Ahora, ya más relajados, a pelear con Lituania. Los pálidos rubios son desde luego favoritos. Tenemos pocos argumentos para controlar a los interiores Valanciunas y Sabonis. No creo que Scariolo se atreva a poner dos grandes de los nuestros, nunca ha considerado esta opción. Supongo que tal posibilidad reduce el valor del estilo guerrillero con que ha viajado al Eurobasket. A la superioridad interior, los bálticos unen su tradicional puntería exterior. La victoria pasa por dislocar el tempo del partido y generar incomodidad y errores en el contrario para llevar el choque al final sin demasiado desgaste.

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