La difícil infancia de Carlos Sobera en Barakaldo: «Tuve algún síntoma de depresión»

La nueva temporada de 'Planeta Calleja' promete emociones fuertes. Si la primera invitada al programa fue Jenni Hermoso, el segundo fue un perfil totalmente distinto: Carlos Sobera. Al presentador vizcaíno le hicieron una encerrona. Jesús Calleja y su mujer, Patricia, le convencieron para pasar unos días en Montenegro, en lo que se suponía iba a ser un tiempo de desconexión del trabajo. Pero con el aventurero leonés no existe la tranquilidad. Sobera, que reconoció no ser deportista, tuvo que enfrentarse a sus pánicos: montar en teleférico, hacer rafting y ciclocross. Y dio mucho juego.

Antes de enfrentarse a la primera prueba, Sobera y Calleja disfrutaron de uno de los fiordos de Montenegro. Allí charlaron amistosamente. De sus trabajos en Mediaset, de sus inicios en la televisión... y de la infancia. Sobera, que nació en Barakaldo un 11 de agosto de 1960, reconoció que a pesar de que fue «muy feliz» de niño, también tuvo dificultades. «Con ocho o nueve años tuve algún síntoma de depresión», desveló. El motivo, el ambiente de la Margen Izquierda. «El Barakaldo de los años 60 era terrible; muy gris y oscuoa. Allí estaban los Altos Hornos... No me gustaba el entorno en el que vivía».

Sobera estudió en el colegio de los Paules de Barakaldo antes de pasar a la Universidad de los Jesuitas de Deusto. Se licenció en Derecho y compaginó su trabajo como profesor universitario con sus primeros pasos como presentador de ETB. Aunque, en realidad, él se define como un hombre de teatro: «Siempre me gustó ponerme delante del público». Así empezó a probarse hasta hacerse un presentador de primer nivel en la televisión.

Pero en la pequeña pantalla la vida no fue fácil al principio. En sus inicios, Sobera reconoce que pasó por la cola del paro: «La gente alucinaba cuando me vio allí... Yo tampoco estaba forrado». Fue un periodo breve porque enseguida volvió a trabajar. Telecinco, Antena 3 y, de nuevo, en Telecinco.

Sobera, de 63 años, se sinceró con Calleja sobre su posible jubilación. «Me retirarán», confesó. El futuro lo ve tranquilo. Sabe que «algún día llegará alguien nuevo y joven» que le quitará el sitio: «Yo amo la televisión y lo tengo muy claro, pero creo que el día que la tenga que dejar disfruto de otras cosas en la vida. Tengo una familia, una pasión que se llama teatro y una mente que está continuamente dando vueltas a las cosas».

Ley de vida. Pero, mientras, recuerda con emoción los realities que ha presentado. «El que más me gustó es 'Supervivientes'. Es el más auténtico. Los concursantes pasan hambre de verdad». Y en ese programa se pilló el mayor mosqueo de su carrera televisiva. «Fue con Isabel Pantoja. Un día llego a Telecinco y me dicen que quiere abandonar. Tuvimos que convencerla, y afortunadamente se quedó un par de semanas más».

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