Los dos actores, en París en una imagen de 1969. AFP

Cariño, me duele la cabeza

Richard Burton y Elizabeth Taylor. Con su relación apasionada y tempestuosa, fueron la pareja de estrellas más notoria de su tiempo

Juan Bas

Viernes, 7 de febrero 2025, 17:29

Contaba Elizabeth Taylor que en 1975, durante su breve segundo matrimonio con Richard Burton (el primero, la década prodigiosa de su historia de amor duró de 1964 a 1974), el actor se levantó de la cama hecho polvo y le dijo a Liz que le dolía mucho la cabeza y tenía malestar general, no sabía por qué. La megaestrella de los ojos color violeta le respondió que a eso se le llamaba resaca y que le daba la bienvenida al club; ambos bebían mucho más de la cuenta (Liz también tomaba pastillas varias y barbitúricos) y el alcohol solía atizar sus frecuentes y destempladas peleas. Richard tenía cincuenta años y se soplaba una botella de vodka al día, pero, al parecer, su organismo le había perdonado la resaca hasta la madurez. Murió ocho años después de un derrame cerebral.

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Al hilo de su dependencia del alcohol en la vida real, ambos protagonizaron en 1966 '¿Quién teme a Virginia Woolf?', dirigida por Mike Nichols y basada en una obra de teatro de Edward Albee cuyo título se apoyaba en un juego de palabras con la canción infantil ('wolf', lobo). La pareja, caracterizada para aparentar más años, interpreta a un matrimonio de intelectuales amargados y borrachos que se profesa un enconado odio. Ambos fueron nominados al Oscar pero se lo llevó solo ella. Esos personajes supusieron además un presagio de las desaforadas crisis de Liz y Dick, que era como se les llamaba en los titulares de la prensa rosa de la época y por los 'paparazzi' que los seguían. En su esplendor romántico perfectamente podrían haber aparecido en un cameo como ellos mismos en 'La dolce vita' de Fellini.

Como dice el filósofo y psicoanalista (con su punto de charlatán) Slavoj Žižek con los finales alternativos, la historia de amor de Liz y Dick podía haber quedado en el territorio virtual de las meras posibilidades. Me refiero a que Elizabeth Taylor, confesado por ella, estaba muy enamorada del que era su marido en 1958, el productor Michael Todd, que se mató ese año en un accidente de avión (entre 1950 y 1996 Liz se casó ocho veces, de las cuales dos fueron con Burton). Pero no fue así y un rodaje tan colosal como dominado por el despilfarro, el de 'Cleopatra' (Joseph Mankiewicz, 1963), deparó que Liz y Richard se conocieran.

Su relación adúltera escandalizó y llegaron a ser amonestados públicamente por el papa Juan XXIII

Para encarnar a Cleopatra, Liz pidió la desorbitada cantidad para la época de un millón de dólares y lo aceptaron; fue la primera actriz en cobrar tanto. También le concedieron el 10% de los beneficios, pero esa cláusula no se materializó porque 'Cleopatra' dio pérdidas y dejó tambaleando a la Fox. El primer error fue localizar el rodaje en Londres, donde se construyeron los enormes y caros decorados que recreaban la Roma de antes de Cristo. Hizo un tiempo horrible con frío y lluvia y Liz estuvo a punto de no encontrarse con Burton: enfermó de una grave neumonía y estuvo cerca de la muerte.

Recuperada la Taylor, se decidió que se rodaría en Roma, en los estudios de Cinecittà. Y se escogió al actor que interpretaría a Marco Antonio. El galés (Liz era británica) Richard Burton tenía un sólido prestigio como actor teatral shakespeariano. Richard cuenta que la primera vez que vio a Liz en el rodaje fue del modo más espectacular, en la secuencia de masas de la entrada de Cleopatra con su hijo Cesarión en Roma sobre un enorme trono con forma de esfinge del que tiran cientos de esclavos nubios. Richard tenía fama de impenitente casanova que se sentía en la obligación de acostarse con sus compañeras de rodaje. Estaba casado con la actriz y directora de teatro Sybil Williams, con la que tenía tres hijos. Liz tenía también tres hijos (dos con Michael Wilding y una hija con Mike Todd) y ya cargaba con el sambenito de roba maridos. En 1963 estaba casada con Eddie Fisher, al que conoció cuando era marido de su íntima amiga Debbie Reynolds.

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El caso es que Liz y Dick se enamoraron desde los personajes de Marco Antonio y Cleopatra (dicen que se nota en la pantalla). Sus relaciones adúlteras y notorias escandalizaron en el hipócrita Hollywood y llegaron a ser amonestados públicamente por el papa Juan XXIII. En 1964, ya divorciados, se casaron y vivieron juntos una década de esplendor, sombras, lujo, pasión con frecuencia destructiva, borracheras y en conjunto de intenso amor. Quien quiera profundizar en el tema puede leer 'El amor y la furia: la verdadera historia de amor de Elizabeth Taylor y Richard Burton', publicado por Lumen y escrito por Sam Kashner y Nancy Schoenberger.

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