Aldecoa y Camus, literatura y cine

Claro que este elenco estaría incompleto sin uno de los referentes de la narrativa española del siglo XX, el escritor vitoriano Ignacio Aldecoa, ya que tres de sus novelas y siete de sus relatos fueron llevados al cine y a la televisión, en gran medida por su amigo y a la sazón director de cine Mario Camus. En el centenario del nacimiento de quien fue conocido fundamentalmente como cuentista, aunque también escribiera novela, poesía y guiones de cine, se ha programado una campaña de fomento de la lectura, la segunda edición del Festival de Cuentos Aldecoa, conferencias, exposiciones y presentaciones de libros. Un año intenso dedicado a un autor que escribía a través del objetivo de una cámara de cine, que le devolvía imágenes y técnicas vivas que plasmaba en sus textos.

El neorrealismo está siempre presente en una obra en la que la gente humilde, los desfavorecidos y los desamparados son los protagonistas, siempre en los márgenes de la vida, supervivientes en la precariedad y en una sociedad miserable, dura y hostil. El contenido social de su producción literaria rechaza la sensiblería y la moralidad y es todo este universo de Aldecoa el que atrae a Mario Camus y le lleva a acometer la tarea de plasmar en el celuloide tres de sus principales obras: 'Young Sánchez' (1963), 'Con el viento solano' (1965) y 'Los pájaros de Baden-Baden' (1975). La cuarta, 'Gran Sol' (1989) sería dirigida por Ferrán Llagostera.

Camus inmortalizó en el cine, con crudo realismo, las situaciones, los entornos de miseria, las circunstancias y los personajes de Aldecoa, aunque en 'Young Sánchez', interpretado por Julián Mateos, no hizo realmente una adaptación de esta gema de la literatura española. Aldecoa no escribe sobre boxeo y su obra está más definida por el existencialismo; el cuento retrata al joven boxeador y la película refleja el submundo que rodea e impregna este deporte. En 'Con el viento solano', lo más destacable son las localizaciones de un irreconocible Madrid y en 'Los pájaros de Bade-Baden', la capital se convierte en un entorno urbano desarrollado a la par que repelente, el de una burguesía endogámica e indolente.

Ignacio Aldecoa y Mario Camus mantuvieron una estrecha amistad y una admiración mutua que se refleja claramente en las mencionadas adaptaciones cinematográficas, en la colaboración en los guiones y en la libertad con la que las realizó el segundo con el beneplácito del primero. La maestría del director cántabro en sus adaptaciones literarias le llevó a conseguir en 1983 el Oso de oro del Festival Internacional de cine de Berlín con 'La colmena', de Camilo José Cela y, un año más tarde, la mención especial del jurado de Cannes por 'Los santos inocentes', de Miguel Delibes. Claro que en su obra, que forma parte de la historia del cine español, tampoco faltaron guiones originales tanto en el cine como en la televisión.

Aldecoa ofrece a Camus una panorámica de la España áspera y cruda, a la par que tierna, delicada y de gran lirismo y sensibilidad, cuyo origen está en la poesía. Antihéroes, gente sencilla, clases menesterosas, humillados, fantasmas del tenebrismo, etc. protagonizan los textos del escritor vitoriano y las películas de Camus. Narradores de historias, ambos transmiten proximidad, realismo y veracidad. Nos obligan a contemplar lo oculto y lo olvidado. Mientras haya historias que contar, la literatura seguirá siendo un manantial valioso de inspiración para el cine, manifestando que las palabras, escritas o filmadas, tienen el poder de cambiar nuestra visión del mundo. Aldecoa y Camus son ejemplo de ello.