Sleepwalk Collective sigue fiel a su estilo con una pieza que incluye sus elementos escénicos fetiche: el uso de micrófonos, la estética surrealista, un texto ... con tintes poéticos y un campo sonoro que cobra especial relevancia. Unos auriculares inalámbricos ayudan al público a sumergirse completamente en un útero creativo a medio camino entre la realidad y la fantasía donde se forja el universo de 'Psychodrama'. El hipnótico viaje sensorial comienza con fuerza invitando a visualizar escenas influidas por la cultura televisiva, como los dibujos del correcaminos y el coyote.
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El magnífico diseño de sonido de Sammy Metcalfe y Christopher Brett Bailey consigue construir una cautivadora atmósfera onírica que envuelve a los espectadores, incitándoles a adentrarse en un extraño recorrido guiado por las susurradas voces de los dos protagonistas. A modo de programa de televisión, sentados tras una mesa y ataviados con estrambóticas pelucas renacentistas Iara Solano Arana y Christopher Brett Bailey leen el texto mientras lanzan divertidos efectos sonoros. La iluminación acompaña su sugestivo concepto, contribuyendo a generar un peculiar universo expresionista.
Intérpretes: Iara Solano y Christopher Brett Bailey.
Sala Baratza
Si bien todos estos componentes hacen que la producción resulte seductora, dicha solidez estética no encuentra una base textual fuerte en la que asentarse. La desarticulada narrativa se mueve de episodio en episodio, como si se cambiara de canal de televisión, y mantener la atención se convierte en una labor complicada y termina por cansar. Hay picos de momentos humorísticos, creados especialmente por las escenas donde la locura dramatúrgica explora la sexualidad. Pero en general su indagación filosófica cae en una sensación de repetitiva monotonía. Esto contribuye a que, pese a su belleza experimental, los 75 minutos parezcan una eternidad.
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