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La delegación vasca, capitaneada por el lehendakari y la diputada general de Bizkaia, junto a autoridades de la Fundación Guggeneheim, con su directora Mariëtt Westermann en el centro. Irekia

Pradales transmite en Nueva York que busca consenso social para el Guggenheim de Urdaibai

La Fundación respalda el proceso de escucha al tiempo que busca fórmulas para reinventar la experiencia museística sin descuidar la viabilidad medioambiental

Jueves, 13 de marzo 2025, 00:25

El cambio de guardia en el Guggenheim de Bilbao es la oportunidad perfecta para abordar el futuro del museo, cuya ampliación en Urdaibai defienden a ... capa y espada el lehendakari Imanol Pradales y la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, ahora que un histórico como Juan Ignacio Vidarte pasa el testigo a la nueva directora, Miren Arzalluz. Al presentar personalmente el proyecto por primera vez a la también nueva directora de la Fundación Solomon Guggenheim en Nueva York, Mariët Westermann, que asumió el cargo en junio pasado, el gobernante vasco le trasladó la cautela en la toma de decisiones que la institución busca.

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Pradales admitió que el proyecto de ampliar el museo en terrenos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai despierta «cierta contestación social», pero aseguró que su gobierno está buscando el consenso a través del proceso de escucha y de su trabajo con la administración urbanística y medioambiental. «Hemos dicho que vamos a ser absolutamente respetuosos con estas cuestiones y, por lo tanto, démosle tiempo al tiempo», pidió.

Con Central Park de fondo, y tras una visita al icónico edificio de Frank Lloyd Wright, el mandatario vasco aseguró durante su discurso que en su búsqueda de prosperidad y bienestar sobre las bases de lo alcanzado en estas tres últimas décadas tendrá en cuenta «la viabilidad social, cultural, económica y medioambiental». Es lo que quería escuchar Westermann, que no se había pronunciado hasta ahora sobre el proyecto, ni quiso hacerlo ayer. «Nosotros somos muy cuidadosos y metódicos», advirtió la máxima responsable de la institución artística, que agradeció el que las autoridades vascas siguiesen esas pautas para analizar todos los ángulos de un proyecto que, a priori, parece agradarle. «Desde mi punto de vista, el Gobierno vasco está en una gran posición para seguir trayendo arte a todavía más gente en la región», dejó caer.

La directora y consejera delegada también busca fórmulas para reinventar y adaptar los museos a los nuevos tiempos, en los que los visitantes buscan una experiencia que va mucho más allá de llevarse un cuadro en la memoria. «Hoy la gente joven está interesada en lo que puede hacer en un museo -hablar, divertirse, caminar- y en lo que este tiene para ofrecerle. El Guggenheim de Bilbao le ha dado a Nueva York una lección al incorporar desde el principio la experiencia culinaria de un restaurante con estrella Michelin, un concepto que sigue también Venecia y contempla el futuro museo de Abu Dabi.

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«Después de 33 años, esto es como un matrimonio, un buen matrimonio, en el que confiar y seguir adelante de la mano»

Mariët Westermann

Directora Fundación Guggenheim

Reconocimiento internacional

Westermann está dispuesta a confiar en sus socios vascos por razones obvias. El museo de Bilbao ha superado al neoyorquino en visitantes -(1,3 millones, frente a los 861.000 de la Quinta Avenida neoyorquina). El reconocimiento internacional está en correlación con el impacto económico de 780 millones de euros y la derrama a la sociedad y hacienda pública, aunque no son esos los motivos que aduce. «Después de 33 años, esto es un matrimonio, un buen matrimonio -explicó-. Tienes que confiar y seguir adelante agarrados de la mano, pero también con una visión. Todo lo que he escuchado de las autoridades vascas y de la dirección del museo me hace ser optimista sobre el futuro», afirmó.

En favor de la memoria histórica, el lehendakari recordó que «el fracaso es huérfano y el éxito tiene muchos padres y madres», porque durante la fase de planeamiento a principios de los años 90 el Guggenheim Bilbao también estuvo rodeado de polémica. Hoy el museo es parte de la ciudad y todos los ciudadanos están orgullosos de ello, «lo que significa que la sociedad vasca lo ha hecho suyo», concluyó satisfecho.

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La visita se enmarca en un viaje de tres días que ha pasado por Washington y es parte de la comunicación habitual entre las autoridades vascas y la dirección de la fundación para compartir información, «porque, evidentemente, nuestras acciones están coordinadas», subrayó. En la reunión se aprovechó para explicar el momento actual del proyecto y conocer otros que Nueva York tiene en cartera. «Bilbao no es un proyecto aislado. Forma parte de la constelación Guggenheim», recordó. Un proyecto que enfrenta el futuro «ilusionado», señaló la diputada general, Elixabete Etxanobe, convencida de que «va a seguir ofreciendo oportunidades» de desarrollo económico a la sociedad vasca.

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