Una escena de 'La voluntad de creer', que llega este sábado al Teatro Barakaldo. Laia Nogueras

«¿Qué pasa si dejamos de pensar que el teatro es mentira?»

El autor y director argentino Pablo Messiez cuestiona el límite entre realidad y ficción en 'La voluntad de creer', que estrena en Euskadi este sábado el Teatro Barakaldo

Teresa Abajo

Bilbao

Viernes, 3 de marzo 2023, 20:01

Al inicio de la obra 'La voluntad de creer', que estrena este sábado en Euskadi el Teatro Barakaldo, los espectadores se encuentran un escenario vacío. ... Los actores, con ropa de calle, les reciben como a los invitados a una fiesta, les preguntan su nombre. El autor y director argentino Pablo Messiez quiere que el público sea consciente de su centralidad, del lugar que ocupa en la función «que se va construyendo frente a sus ojos». Aspira a brindarle una experiencia única, una ceremonia que termina con «el milagro de la resurrección».

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La reacción de público y crítica en su estreno en Madrid, en Barcelona y en lo que llevan de gira, es «fervorosa». Esta producción de Buxman y el Teatro Español es candidata a cinco Max y Messiez opta también a un premio Talía como mejor autor. Él define su obra como «una reivindicación del teatro, de la vida que hay en él y del poder que tiene para transformarnos».

'La voluntad de creer', una frase tomada del juicio a Juana de Arco, se basa en la obra 'La palabra' de Kaj Munk y su adaptación cinematográfica, 'Ordet' (1955), una película de culto del cineasta danés Carl Theodor Dreyer. Un joven que ha vivido un hecho traumático se cree Jesucristo, algo que sus hermanas atribuyen a un exceso de lecturas de Kierkegaard. Pero cuando su cuñada embarazada muere, él está dispuesto a hacer que vuelva a la vida «y el milagro lo hacemos entre todos, haciendo que eso pase».

Escenografía en blanco y negro

El dramaturgo cuestiona los límites entre realidad y ficción, que para él «no son cosas tan opuestas, sino modos distintos del entendimiento. Hay una frase de Artaud que dice 'el problema del teatro es que se ha dicho demasiadas veces que es mentira' y ese fue el punto de partida. ¿Qué pasa si dejamos de pensar en el teatro como mentira? Yo veo más mentiras en el Congreso de los Diputados que en algún teatro», incide. «Siempre se habla del teatro político y en realidad la fuerza política del teatro es esa, demostrar que basta con reunirse y creer para poder transformar las cosas».

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Messiez, que empezó a estudiar interpretación a los doce años y a los 33 debutó como dramaturgo y director, considera que «el estereotipo de utilizar teatro como sinónimo de mentira no es ingenuo. Nace de la intención de quitarle poder, porque realmente podría ser un arma revolucionaria. A veces incluso desde el teatro se fomenta un tipo de creación que tiende a responder al estereotipo, lo ves y te da la sensación de que no está pasando».

Esta obra supone para él «un fin de ciclo» tras trabajar varios años con el mismo equipo, un elenco que componen Marina Fantini, Rebeca Hernando, María Jaimez, José Juan Rodríguez, Íñigo Rodríguez-Claro y Mikele Urroz. Cuidan tanto los detalles que incluso la escenografía va perdiendo colores a lo largo de la representación para acabar como la película en blanco y negro en la que está inspirada.

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