«'Popocho' era un gran tímido que en el escenario se convertía en una explosión»
Aun impresionado por la noticia del fallecimiento de su compañero, el líder de la banda donostiarra repasa cuarenta años de trayectoria conjunta
Apenas unas horas después de conocer la noticia del fallecimiento de quien fuera durante 44 años su compañero en la Orquesta Mondragón, Pedro Ayestarán 'Popocho', ... el líder de la banda donostiarra Javier Gurruchaga (San Sebastián, 1958) no oculta aún su estupor. El 'showman', que define a 'Popocho' como «un gran tímido», considera que el concierto de la Orquesta Mondragón por su cuarenta aniversario en la Plaza de la Constitución de Donostia en la Semana Grande de 2016, fue la «despedida» de su cómplice de tantos años en la banda. Confinado en Madrid por las medidas contra el Covid-19, Gurruchaga anuncia su disposición a organizar un homenaje cuando las circunstancias lo permitan.
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- Ustedes se conocieron en casa de la familia Ayestarán, allá por 1972, de la mano por Cheli Lanzagorta cuando usted tenía catorce años y Ayestarán veintiuno.
- Así es. De hecho, fue Cheli quien me comunicó la muerte de 'Popocho'. Nos conocimos en su casa, en Gros, porque la familia Ayestarán era de las pocas que tenía vinilos que traía de Francia. Aquella casa era el punto de encuentro de mucha gente, artistas, pintores, músicos... Luego estaban los hermanos, Iñaki y Jesús, y el propio 'Popocho', que ejercía de director. Dos o tres años después comenzamos a montar 'jam sessions', barbaridades, y ese tipo de mezcla de humor y música. Y así fue saliendo el grupo. Luego me prestaba discos que no tenía para hacer mi programa de jazz en la radio.
«Nos conocimos en su casa porque su familia era de las pocas que tenía vinilos traídos de Francia»
«Yo era el de cara blanca, y él era el clown, y el grupo, una mezcla de música y los Hermanos Marx»
- En 1976 se formó oficialmente la Orquesta Mondragón.
- En ese año fue el primer concierto. Habíamos hecho ya varios, pero en el programa de la radio. Y aunque 'Popocho' no hablaba porque hacía el papel de mudo, como Harpo Marx, hacía de comodín conmigo, era lo contrapuesto a mí. Yo era el de la cara blanca y él hacía de clown. Luego tuvimos un tiempo en el que cada uno fue por su lado haciendo su ruta, pero últimamente llevábamos ya años en los que volvimos a actuar juntos. Y estuvo también en mi etapa mexicana.
- Un hombre con un amplio repertorio de personajes...
- Era desde el enano de la Mondragón que Joaquín Sabina menciona en 'Pisa el acelerador' hasta Caperucita Roja..
- En el escenario se mostraba como una mezcla de apocado y procaz.
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- Sí, sí. Físicamente se parecía mucho a Buster Keaton y luego tenía muchas cosas de los Hermanos Marx, una mezcla entre Groucho y Harpo. Gesticulaba y creaba sus mañas de mimo inspirándose mucho en estos dos. Y luego, yo creo que en el detalle cercano era muy Chaplin, que también le gustaba mucho. Hizo que no fuéramos sólo un grupo de música, sino que en directo fuéramos música y los Hermanos Marx. También estuvo en los programas de televisión, cuando se vestía de señora o de azafata de vuelto en 'Viaje con nosotros'. Y así nos recuerda todo el mundo, cuando yo me vestía de novia. Hemos hecho todo tipo de provocaciones en los tiempos en los que...
- ... aún se podía practicar la transgresión.
- Sí, ahora dicen que vivimos unos tiempos algo más puritanos. Nosotros hemos seguido haciendo muchos disparates, como cuando salía disfrazado de Elvis Presley mientras cantábamos 'Ponte la peluca'. Yo me reía mucho cuando se vestía de señora en la televisión, en donde yo hacía de Cayetana de Gurruchaga y 'Popocho' era mi amiga. En los conciertos, la gente nos gritaba: «¡Que salga el enano»!
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«Le venía muy bien la Orquesta Mondragón para darle la vuelta a la vida cotidiana que llevaba»
«Hoy hay grandes artistas, pero se toman muy serio, algo que desde luego no hacíamos nosotros»
Una broma con éxito
- ¿Cómo era Pedro Ayestarán fuera del escenario?
- Al igual que yo, era un gran tímido que a veces se refugiaba en unos vinitos por aquí, un darle la vuelta por allá. Le venía muy bien la Mondragón para darle la vuelta a la vida cotidiana que llevaba y eso nos pasa a todos. Era un gran tímido que, luego, en el escenario, se convertía en una explosión.
- ¿Ha sentido el fallecimiento de 'Popocho' como el final de una época?
- Bueno, no, no. He sentido que se ha muerto una persona a la que apreciaba mucho, pero aquí seguimos trabajando y si salen unas actuaciones ahí sigo yo con mi orquesta, con la música... Ahora, desde luego, la impronta humorística de 'Popocho' y la química que se creaba entre nosotros dos es irrepetible.
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- ¿Le resulta imaginable hoy en día el surgimiento de una banda como la Mondragón?
- Si soy sincero, no me lo creo mucho. Hay grandes músicos y artistas, pero van como muy en serio y si había algo que no hacíamos nosotros era tomarnos demasiado en serio. Antes de la Mondragón, yo había estado en un par de grupos, como Calígula y Orfeo, pero luego la Orquesta nos la tomábamos en broma. Y sin embargo, fue lo que nos dio popularidad. Yo dejé el trabajo en el banco, los estudios de Filosofía y Letras y de saxofón. Lo dejé todo por venirme a Madrid con 'Popocho', (Jaime) Stinus, (José María) Insausti y otra gente de las primeras formaciones del grupo. Eso fue gracias a que tuvo éxito ese cóctel de música y humor. Y ahora no veo eso. Veo que hay gente con gran talento, pero son muy serios. Nosotros no lo éramos tanto y nos fue muy bien.
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