Influyente. Philip Glass, en su estudio.
Fronteras del conocimiento

Philip Glass, al otro lado de la frontera

El músico de Baltimore gana el premio de la Fundación BBVA por un trabajo que aúna tradiciones culturales de todo el mundo

Jueves, 24 de marzo 2022, 01:08

En la vida de Philip Glass (Baltimore, 1937) hay dos momentos clave: el primero es cuando con 29 años y tras haber conocido a Ravi ... Shankar viajó al norte de la India; el segundo, el inesperado éxito que obtuvo, ya a los 40, con una ópera de cinco horas que rompe todos los cánones, en la que el protagonista apenas tiene papel y en la que el público puede entrar y salir de la sala con toda libertad: 'Einstein on the Beach'. Desde el estreno de esa obra han pasado 45 años y durante ese tiempo Glass ha transitado desde el minimalismo que contribuyó a crear a un estilo absolutamente personal en el que la espiritualidad oriental, la ciencia, la literatura, el cine y la cultura popular se funden de manera inigualable. Es ese «estilo único y personal», basado en «diferentes tradiciones culturales de todo el mundo» que «atrae a un público de todas las generaciones» lo que ha valorado el jurado de los premios Frontera del Conocimiento de la Fundación BBVA, que le ha otorgado el de la categoría de Música y Ópera.

Publicidad

Glass nació en el seno de una familia de origen lituano y gozó desde la infancia de un privilegio por el que habrían matado muchos chicos de su edad: su padre era dueño de una tienda de discos. Allí comenzó a forjar su oído, luego cultivado académicamente en la Universidad de Chicago y la Juilliard School y más tarde en París, con profesores como Milhaud, Boulanger e incluso Boulez. De todos aprendió mucho, pero con Shankar dio un paso más. Cuando regresó de la India su estilo de composición ya había cambiado. La mezcla de los ritmos repetitivos con estructuras propias de la vanguardia dio lugar a un puñado de obras difíciles de entender pero que le fueron haciendo un nombre. De aquellos años aún recuerda que, como los asistentes abandonaban la sala al cabo de unos minutos, llegaron incluso a invitar a cenar a quienes aguantaban hasta el final. Y él tenía que ganarse la vida con empleos que no podían estar más alejados de la música: taxista, reparador de electrodomésticos y descargador de aviones fueron algunos de ellos. Hasta que llegó 'Einstein on the Beach' y pudo vivir solo de la composición.

Mestizaje

Glass ha sumado a su obra la literatura, el cine, la filosofía, la ciencia y la cultura popular

Cambio de lenguaje

A medida que su música se adentraba en nuevos ámbitos, su lenguaje fue cambiando. Y fue incorporando otras disciplinas que enriquecen su obra y la elevan a otra categoría. La literatura la sumó a sus proyectos de la mano de Kafka, Lessing, Ginsberg, Poe, Cocteau, Handke y Coetzee; el cine, con Scorsese, Schrader, Greenaway, Egoyan, Weir, Daldry y Allen; la música popular con Bowie, Cohen y Simon. Añadamos a todo eso su interés por la ciencia y la Historia y el resultado es una obra que parece querer abarcarlo todo, construida con un lenguaje que se ha hecho más asimilable por los aficionados («comercial», le acusarán sus críticos).

En su enorme catálogo de obras hay un puñado de piezas que siguen los géneros clásicos: doce sinfonías, tres conciertos para piano (su instrumento), dos para violín y otros tantos para chelo, otros para clave, saxofón, varios dobles conciertos, ocho cuartetos de cuerda, dos docenas de óperas, una montaña de piezas para instrumentos varios... Hasta ha escrito una nueva cadencia para el Concierto para piano Nº 21 de Mozart.

Publicidad

En el ámbito cinematográfico ha experimentado quizá como nadie lo ha hecho, promoviendo películas filmadas sobre sus obras (y no al revés) además de haber escrito medio centenar de bandas sonoras, algunas de una belleza perturbadora como la que hizo para 'Las horas', con la que ganó un Bafta.

Glass sabe que, con los parámetros actuales, el verdadero arte consiste en inventar un lenguaje. Y piensa que el futuro de la música clásica está en «la interacción con las formas de arte popular, la relación con la tecnología, la experiencia del trabajo con artistas de otros ámbitos y el contacto con la cultura mundial». Él ha seguido punto por punto todos esos postulados: ha creado un lenguaje hasta el punto de que su música es perfectamente identificable, ha incorporado otras tradiciones musicales, se ha basado en la tecnología y ha promovido sin cesar la relación con otros artistas. Por eso, ha superado las fronteras de su disciplina para avanzar hacia el futuro, lo que le ha convertido en uno de los grandes compositores de nuestro tiempo, capaz de conjugar como nadie tradición y modernidad, experimentación y proximidad al público. Eso es lo que premia el Fronteras del Conocimiento, que recibirá en Bilbao a mediados de junio.

Publicidad

SU OBRA

Piezas clásicas

Doce sinfonías, conciertos, cuartetos, piezas para piano solo, corales y arreglos de otros compositores.

Óperas

'Einstein in the Beach', 'Galileo Galilei', 'The perfect american', 'The civil wars', 'In the penal colony'...

Cine

'Koyaanisqatsi', 'Powaqqatsi', 'Kundun', 'Las horas', 'El show de Truman', 'El sueño de Cassandra'...

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad