Podían haber elegido cualquier canción. Pero fue esa. 'Video killed the Radio Star'. Aquella de Bruce Woolley que solo triunfó en Canadá pero, un año ... después y con la versión del grupo The Buggles se convertiría en el tema elegido para el estreno de la MTV. Un canal nacido para ver, a todas horas, los vídeos que los artistas musicales del momento. Creían que, desde ese mismo instante, el poder de la vieja radio se disolvería como un hielo en un whisky on the rock, que canta Sabina. Se equivocaban. La vieja que habla y canta al oído sigue muy viva, mientras que el canal que le dio la extrema unción desaparecerá el día de las campanadas. Este 31 de diciembre, tras 44 años, la MTV apaga el vídeo. No puede competir con las nuevas tecnologías y las aplicaciones. Y, pese a que soy parte interesada por aquello de la radio, me da mucha pena. Pertenezco a la generación que vio nacer los vídeos musicales. Los vídeos en general. Recuerdo cuando otro visionario aseguró que el sistema Betacam triunfaría, por su mayor calidad, por encima del vulgar VHS. En casa de mi suegra hay un Beta, del peso de una piedra de las que levantaba Perurena. Dicen guarda en su interior el vídeo de la boda de Lady Di. A saber. Nadie se atreve a meterle mano. Así que volvamos al vídeo musical.
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Se comenta que el primero emitido en España fue 'Hoy no me puedo levantar' de Mecano. 1982. Pero no hay consenso. De lo que nadie duda es del impacto que supuso el 'Thriller' de Michael Jackson. Lo fechan el 31 de diciembre de 1983 pero, siendo exactos, fue entrado ya 1984 y presentado por Martes y 13, cuando eran tres, en el especial de aquel año. Millán deja clara hasta la hora al decir «Yac-son las dos menos ocho minutos». Uno de sus habituales juegos de palabras para un vídeo inusual. Pocas veces 14 minutos han pasado tan rápido. Quizá por ello TVE lo repitió hasta la saciedad. Primero en programas musicales. Después para ajustar el final de la película al arranque del telediario. O cuando se iba al carajo la emisión y lo mismo te ponían imágenes de la Alcarria que un trocito del Thriller.
Pero el famoso canal llegó y raro era el pub o bar de marcha que no lo tuviera de manera permanente en una de esas teles que hacían de adorno. Siempre sin sonido. Veías a Police en las imágenes y de los bafles salía Radio Futura, Pretenders o Kortatu. Surrealismo ochentero. O noventero. Porque se siguieron grabando. De hecho nació un lugar llamado videoclub donde el VHS era el rey, hasta que llegó el DVD. Entonces cierta empresa patentó la máquina definitiva que permitía grabar todo lo que quisieras. Y lo que parecía eterno dejó de serlo. Otra vez los de ojo clínico. El que también tuvieron otros adivinadores. Como cierto jefe que a comienzos de los 90 sentenció que los ordenadores jamás sustituirían a la máquina de escribir. Otros pensaban que Internet era cosa de cuatro frikis. El ordenador era cosa de ricos, excéntricos o bobos. Y miren ahora. Hasta los críos los llevan en la mochila. Servidor también fue de listo. Con los móviles. Juré que jamás tendría uno. El primero llegó como regalo de boda en 1996. Prometí que nunca lo usaría. Ahora si no lo tengo cerca me siento huérfano. Y aún hay más. Confieso que guardo cintas de casete, pese a que hace años desapareció el magnetofón.
También mantengo cintas de vídeo VHS sin lugar donde reproducirlas. Incluso tengo alguna Beta profesional de mis años de televisión. Están junto a los disquetes que cargaba en un ordenador que hace siglos acabó en un vertedero. Mantengo números de fax que dejaron de estar operativos. La línea telefónica es para todo menos para el teléfono fijo, lo que no impide que guarde el aparato. No me pregunten por el número. Lo desconozco. Aunque peor es lo de cierto amigo que guarda el 'busca'. Pensaba que nada podría sustituirlo. Como el Walkman. Una compañera lo tiene. Es de color naranja y lo guarda en un cajón, cual anillo de la Tierra Media. Y hay quienes, doy fe porque lo he visto, llevan en la guantera mapas de carreteras hace tiempo abandonadas, tienen en casa páginas amarillas con comercios cerrados y, rizando el rizo, mantienen en un rincón del camarote una televisión en blanco y negro.
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Esas personas creyeron, y el resto también lo hicimos, que todas esas cosas serían eternas. Como los creadores del canal que ha anunciado su cierre. Pero el mundo gira tan rápido que, para cuando te das cuenta, te has pasado de parada y estás perdido. Por eso procuro no ser tajante en las predicciones. Llevo tanta experiencia en eso de comerme las palabras que de vaticinios errados ya voy servido. Y dicho esto, apuesto a que la última canción de la MTV no es aquella de Baggles. Lo siento. La vida sin riesgo no es vida. Y tengo buen ojo. Aunque torpe.
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