Alejandro León funge de sosías de Camilo. Óscar Esteban

Homenaje a Camilo Sesto en Bilbao sin malos humos

El amor ganó por goleada en el Teatro Campos durante 'Vivir así es morir de amor', que sin apenas respiro pero con intermedio arbitró una treintena de canciones en las voces de Pablo Perea, Alicia Nilsson y Alejandro León. Hoy sábado también hay función: quien dude, que vaya

Sábado, 13 de enero 2024, 08:53

Estuvo bien el año pasado, y mejor está este 2024 el show llamado 'Vivir así es morir de amor', un homenaje de fuste a Camilo ... Sesto (Camilo Blanes Cortés, Alcoy, Alicante, 1946 – Madrid, 2019) que vuelve al Teatro Campos. El sábado 7 de enero de 2023, ante casi 800 almas, Pablo Perea, Inés Vera y Diego Valdez interpretaron 31 canciones en 132 minutos durante un show televisivo sin intermedio o descanso y perjudicado por las luces y el humo, ¡que este año ha desaparecido y encima las luces han mejorado!

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Este viernes hubo 456 espectadores (con entradas entre 42 y 57 euros el teatro se veía lleno, o sea que se vendieron las mejores localidades) y para el sábado la anticipada ya había despachado 582 butacas de un show con otros tres cantantes: el repetido Pablo Perea (madrileño, del grupo La Trampa) y los novedosos Alicia Nilsson (balear) y un Alejandro León (colombiano) que fungió cual sosías del mito Camilo. Escoltados por 10 subalternos (ocho músicos y dos coristas), todos repartidos en cuatro alturas (el escenario tenía un andamio con muchas pantallas de vídeo y los músicos desperdigados con orden y cierta simetría, músicos a los que pudimos ver con facilidad por no haber recalcitrantes malos humos) para desarrollar un espectáculo exploitation de 34 temas en dos horas y media pasaditas pero con descanso (en total 158 minutos incluyendo el intermedio de 14 minutos).

Alicia Nilsson, Alejandro León y Pablo Perea. Óscar Esteban

Lo del viernes fue un rato largo y alegre, un no parar con los tres cantantes entrando y saliendo de la escena sin solución de continuidad y con constantes variaciones de vestuario. No paraban, si acaso se quedaban quietos para recibir una ovación, se apagaba la luz y hacían discreto mutis y comenzaba la siguiente canción. Y no hablaron nunca jamás al respetable: le miraban y nada más. Ellos cantaban y apenas se rompió la cuarta pared: unas palmas pedidas con gestos, en una ocasión ondear los brazos en alto, y nada más. Se impuso el repertorio de Camilo Sesto, con aire transicional (esos coros) y con temática rabiosamente romántica: la palabra 'amor' ganó por goleada en las letras (expresión de Óscar Esteban, al que el fútbol se la sopla) y lo abarcó todo: pudo tratarse de un amor libre, de los derechos del amor y hasta del amor como rezo, ¡amén!

Entre las baladas decididamente tiernas y las gradaciones con soul, o desde los citados arreglos transicionales hasta el aparato de Elvis Presley en Las Vegas, con sostenidos a tutiplén y las voces a solas o en dúo y también en trío, así evolucionó un show al que el limitador de volumen del Campos impidió que los lentos abrazaran más fuerte al oyente, que las apoteosis absorbieran en cuerpo y alma al patio de butacas, que las fieles revisiones instrumentales brillaran con más facilidad.

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En el bis con 'Vivir así es morir de amor'. Óscar Esteban

Las mejores versiones fueron sobre todo 'Como cada noche' (la de «la oscuridad es mi amiga»), y por detrás la balada 'Donde estés, con quién estés' (y sus coros soul), el medio tiempo 'La culpa ha sido mía', la exótica exploradora de la discoteca 'Fresa salvaje', 'Getsemaní' en la voz de un esforzado Fran Perea vestido con una túnica de cofrade (aquí se oyó una guitarra acústica que no estaba en escena, o sea que estaba pregrabada, como también captamos en otros momentos teclados enlatados de refuerzo), 'Amor no me ignores' (la de tus derechos con el amor, la de amor, amor, amor…) y el melodrama absoluto de 'Algo de mí'.

La primera parte estuvo mejor que la segunda (quizá le costó despegar entre la frialdad post descanso y el poco relieve de las versiones de 'Ayudadme' y 'Con razón o sin razón', colocadas al principio del reinicio) y en general la propuesta se pudo literalmente ver mejor que en 2023, o sea sin malos humos que ocultaran la escena. Y sobre otras piezas destacadas señalemos, perdón por la personalización, que a mí me agradaron 'El amor de mi vida' y 'Piel de ángel' (la de los amantes a escondidas de 6 a 9), y a la gente le gustaron mucho recreaciones muy ovacionadas de 'Algo más', 'Todo por nada', 'Perdóname' y, claro, el tema titular, 'Vivir así es morir de amor', que se puede decir que sonó tres veces: en el popurrí inaugural, y en el bis por partida doble, pues la coda fue muy larga, al modo de otra apoteosis (melancolíiiiiia…) que los tres cantantes remataron bajando por el patio de butacas y saliendo por un lateral. ¿A dónde? ¡A un photocall!

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Ya recomendamos el show de 2023, aunque no hubo segunda fecha, y este de 2024 con más razón. Quien dude si ir a verlo hoy sábado, que vaya.

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