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Dupla, música urbana directa desde la Llanada Alavesa

No hay entradas. Esa es la pegatina que han colocado por encima del cartel que anuncia el concierto de este viernes en la sala Jimmy Jazz. Dupla, grupo formado por Gari Uriarte y Beñat Oribe, regresa al local donde grabaron el videoclip de 'Dantza gaua', un tema con el que revolucionaron la escena vasca hace ahora cuatro años. ¿Quién dijo que no se podía hacer reggaeton en euskera? Autodenominados como un grupo de «música urbana creado en un entorno rural», en su repertorio cabe el dembow y el rap, pero también guiños de electrónica, estribillos de pop melódico y riffs afilados.

En su segundo disco 'De un pueblo llamado Agurain' abren aún más ese abanico de estilos. Las referencias a la capital de la Llanada es habitual. Ya en el anterior álbum se encontraba '01200', una canción que empleaba como título su código postal, en la que se mencionaba el 'sonido Agurain'. Por si fuera poco contaba con la colaboración de Evaristo Páramos (La Polla Records) y Kaotiko, dos referentes de una tierra vinculada más al punk rock. ¿Tanto orgullo supone ser de allí? «No es un tema de orgullo, es un tema de identidad social. Va más allá de nuestra elección, es lo que nos ha tocado vivir y lo que ha forjado nuestra identidad como personas y como banda», defiende el grupo.

Este dúo facturó un espectáculo con su álbum de debut, 'Nahieran' (2021) plagado de guiños a la romería. De hecho en la parte final del show solían bajarse del escenario a repartir sidra entre los asistentes. En esta ocasión le dan una vuelta de tuerca al directo para coser una propuesta más potente y llena de matices.

«Queríamos hacer canciones para ser escuchadas. Parece algo obvio, pero a veces hay que modificar ciertos matices para que eso ocurra», resaltan acerca de esos temas más pausados de un repertorio de nueve canciones. Uno de los ejemplos es '30's', en el que tratan como una particular crisis que a esa edad –ambos han nacido en 1994– se repitan aspiraciones como tener una pareja y empleo estable. Y las frustraciones que pueden arrastrar. «Lana ez dut gustoko / Baino ze ingo diot ba (No me gusta el trabajo / pero qué le voy a hacer)», dice uno de los versos del tema en el que colaboran Nøgen. En el cierre del álbum 'Ronkola', los arreglos de viento del guipuzcoano 'El Pirata' (Late Motiv) refuerzan la emoción del tema más romántico firmado hasta el momento por Gari.

Precisamente esa es una de las composiciones que mejor ha conectado con el público junto a 'Fandango nasty', donde colaboran con la banda navarra Raimundo el Canastero. Ese alma jaranero hace que se expanda como la pólvora en las fiestas populares de Euskadi y Navarra. «Esa canción tiene una historia peculiar, se hizo hace más de dos años y ha ido evolucionando hasta llegar a lo que es hoy. La canción olía a palo, es algo que se siente».

Con una docena de fechas de presentación por delante, el grupo escala posiciones en la escena vasca. En su propuesta caben las referencias a bandas vitorianas («Soy de los Joselu (Anaiak) antes que de Estopa») y una crítica al postureo en redes sociales («Soy un moderno, soy gilipollas», cantan en 'Artista'). «La crítica está escrita en primera persona, esos modernos y gilipollas también somos nosotros».

En la portada del nuevo álbum aparece en letras azules el título 'De un pueblo llamado Agurain' sobre un fondo blanco. «Es una hoja en blanco donde el pueblo va escribiendo su historia y que nos atañe. La historia de ayer, hoy y mañana», explican ellos. En esa trayectoria caben viajes lejanos, como la minigira que realizaron por Japón hace ahora un mes. ¿Había mucho público japonés que os conocía? «Alguno había… Siempre hay alguien que conoce lo que haces y otras con las que existe alguna conexión con tu vida». ¿Alguna anécdota extraña? «Digamos que los códigos de conducta social son muy diferentes a los nuestros, por ahí podría ir la anécdota extraña del viaje… Pero no es apta para todos los públicos».

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