«El narco es una realidad fea pero no se puede obviar»
Manel Loureiro no se atreve a decir que su última novela es la más gallega de todas las que ha escrito hasta la fecha, pero 'Cuando la tormenta pase' es muy (y mucho) gallega. El autor ha decidido hacer del paisaje de la isla de Ons un protagonista más, algo más que un escenario «que envuelve» la trama. Y así en este libro se dan la mano la naturaleza y los elementos extremos, las leyendas, el narco y las rencillas rurales de las que cualquiera ha oído hablar. Es lo que tiene ambientar un 'thriller' en un rincón del mundo en el que viven unas decenas de personas que en invierno pueden quedarse aisladas semanas por culpa de los temporales. «En verano e un destino turístico de primer orden, van miles de personas cada día; pero en invierno, sin ferry, sin agua corriente, sin energía de la red, es como fue la isla de hace más de un siglo. Es más del siglo XIX que de la actualidad. Era el escenario perfecto».
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¿Perfecto para qué? Pues para que un trasunto del propio escritor, ese Roberto Lobeira que ha sido periodista y ha escrito un best-seller, se retire a darle a la tecla... y termine metido en un lío que solo engorda y engorda. Nada más llegar ya se da cuenta de que hay dos clanes enfrentados. «Las rencillas familiares pasan en todo el rural, no solo en el gallego. Siempre hay familias enfrentadas por algo que ya ni recuerdan porque pasó hace mucho tiempo», explica. «En una gran ciudad puedes evitarte, pero en un lugar pequeño te ves cada día... y al final acaba llegando a un punto volátil que puede trasformarse en algo muy sangriento», describe.
En 'Cuando la tormenta pase' ese punto es ahora, con la aparición de un fardo en la playa. «Roberto desencadena todo eso», dice Loureiro, que reconoce que el personaje se diferencia de él mismo en dos cosas: que es más resolutivo y que tiene mucha peor suerte, «le pasa de todo y todo terrible». Rescata el fardo, las familias quieren repartirse el contenido y así se exponen a una violencia mayor de la que ellos mismos pueden generar. «El narco es una realidad, es fea pero no se puede obviar. Es del día a día, no será la primera vez que se cae algo en una huida y no siempre se entrega a las autoridades. Pero eso tiene un propietario, y es un propietario implacable».
Y encima ronda la isla la amenaza de un ser siniestro que sale a los caminos a descuartizar animales, del tipo que sean. «Hay muchos misterios y todos ocurren a la vez. De ahí el título, es la tormenta perfecta», se ríe el escritor, que con esta trama que suma «clima y paisaje humano» ganaba hace poco el Premio Fernando Lara de Novela.
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