«Para mí actuar en el Arriaga es como jugar en La Catedral», dice Javier Gutiérrez, apasionado futbolero. pankra nieto

«Mucha gente mantiene el 'oír, ver y callar' porque está en el umbral de la pobreza»

Javier Gutiérrez interpreta a Paco el bajo en la ambiciosa adaptación de 'Los santos inocentes' que se representa en el Arriaga hasta el domingo

Teresa Abajo

Bilbao

Jueves, 12 de enero 2023, 19:35

Javier Gutiérrez (Luanco, 1971) asegura que tras toda una vida en el teatro, donde se forjó como actor antes de triunfar en el cine y ... la televisión, le siguen «temblando las piernas» antes de salir a escena. «Me pasa como a los futbolistas. Hay que arrancar», dice. Ganador de dos premios Goya y un Max, entre otros galardones, aspira a subir «un peldaño más» con el papel de Paco el bajo en 'Los santos inocentes', la ambiciosa adaptación de la novela de Delibes que llega al Arriaga hasta el domingo. Luis Bermejo, Pepa Pedroche, Jacobo Dicenta, Yune Nogueiras, José Fernández, Marta Gómez, Raquel Varela y Fernando Huesca completan este «fino y demoledor» retrato de un cortijo extremeño de los años 60 que no resulta ajeno a la España de hoy.

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– Siempre identificamos 'Los santos inocentes' con «milana bonita», pero tampoco se entiende sin el «A mandar, que para eso estamos» de Paco el bajo.

– Son frases icónicas, personajes que están en el imaginario colectivo de este país. Es un lujazo decir en el escenario el texto de Delibes, un autor que me sabe mal que no tenga el Nobel.

– Esta es una producción «osada», también para los actores. ¿Usted se lo pensó mucho?

– No. Me pareció un espectáculo necesario, una vez que leí la versión me subí al carro y también soy coproductor, como en otros espectáculos, porque creo que es necesario apostar a lo grande. Es osada porque es una producción privada con nueve actores y la parte técnica que conlleva, parece de un centro dramático nacional. Uno quiere crecer y este es un peldaño más en mi carrera.

– ¿Ha evitado volver a ver la película de Mario Camus en los últimos meses? 

– He vuelto a verla y he leído la novela varias veces. No es que yo copie de nada, pero un maestro me decía que hay que copiar de lo bueno y quería quedarme con ese perfume, con ese aroma que tienen los personajes. El trabajo que hacen tanto Alfredo Landa como Paco Rabal, Juan Diego, Agustín González, Ágata Lys, Terele Pávez... es monumental.

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– Alfredo Landa es una de sus referencias.

– Me miro mucho en el espejo de actores como Alfredo Landa y José Luis López Vázquez, primero porque mi ADN es ese.

– Encarnan al hombre común que es capaz de hacer cosas extraordinarias. 

– Es un halago que me comparen con ellos. Es una sorpresa que yo esté funcionando en el mundo del cine, donde prima la imagen, con la estatura y el físico que tengo. Un español medio en aquella época tenía más sentido, ahora es mucho más difícil que triunfe un señor como yo.

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Sociedad «anestesiada»

– Paco se resigna y tira para adelante en un medio hostil.

– Es un personaje que nació en la miseria más absoluta y está profundamente resignado. Ha nacido para servir y su mundo no va a cambiar, pero se da cuenta de que sus hijos pueden salir a través de la educación. El motor de Paco es sacar a sus hijos de ahí cuanto antes para que puedan disfrutar de una vida en libertad.

– Siempre destacan que esta historia no ha perdido vigencia. ¿En quién piensa cuando dice aquello de «oír, ver y callar»?

– Pienso en muchísimas personas que no necesariamente tienen que vivir en barrios marginales. Hay mucha gente que vive en ciudades grandes y sigue manteniendo ese 'oír, ver y callar' porque le conviene. Gente que vive en el umbral de la pobreza, le cuesta llegar a fin de mes y tiene miedo de caer todavía más bajo

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– Y el señorito Iván...

– Nos recuerda a los políticos españoles que desdeñan la cultura y llaman «paguita» al Ingreso Mínimo Vital. Delibes habla de los años 60, pero esto sigue existiendo y cada vez vamos a peor. Formamos parte de una sociedad anestesiada. Me llama mucho la atención lo que pasó con las eléctricas hace unos meses. Nos metieron la mano en el bolsillo de forma descarada y nadie salió a la calle a protestar. No hablo de quemar contenedores, sino de movilizarse y sumar fuerzas para por lo menos tener la posibilidad de indignarnos.

– Han pasado veinte años de su debut en el cine con 'Al otro lado de la cama' y muchos espectadores le conocieron con 'Águila roja', pero usted lleva haciendo teatro desde los 18 años.

– Yo soy un actor de teatro que nunca pensó en llenar la nevera gracias al cine y la televisión. Cuando llegué a Madrid no tenía posibles y mi disfrute era pasear por la Gran Vía a mirar los cines, que ya no hay. Alguno se ha convertido en teatro donde se hacen musicales, casi todos son tiendas de ropa o telefonía. Yo veía los carteles y ni siquiera fantaseaba con estar en una película.

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– Se abrió paso papel a papel.

– Me llegó la oportunidad de hacer cine y televisión al entrar en Animalario, la compañía dirigida por Andrés Lima. Esos espectáculos que tenían mucho que ver con la calle, con lo políticamente incorrecto, llamaron la atención de directores de casting y de cine. En 'Alejandro y Ana: lo que España no pudo ver del banquete de la hija del presidente' hacíamos cientoi y pico personajes. La primera oportunidad para hacer cine me la dio Alex de la Iglesia ('Crimen ferpecto') junto con Santiago Segura ('Torrente 3').

– El teatro requiere ensayos, giras... ¿cómo consigue cuadrar su agenda ahora que está tan solicitado en los rodajes?

– Yo tengo dos hijos y conciliar mi actividad profesional con la vida muchas veces me genera conflictos. El teatro exige energía, pasión para llevarlo a todos los rincones, y eso hace que yo los fines de semana no pueda disfrutar de mi familia.

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– Ahora podría permitirse dejar de hacerlo.

– El teatro es la gasolina, el motor, te mantiene vivo y alerta. Ojalá la salud y la memoria me acompañen y pueda seguir subiendo a un escenario como Pepe Sacristán, López Vázquez, Agustín González, Rodero, Bódalo... El teatro, si tú lo cuidas y lo mimas, no te dejará nunca. El cine y la televisión se pueden olvidar de ti.

– Ha contado que la primera obra que vio, de teatro clásico, le pareció «un peñazo». Supongo que volvió a pesar de todo.

– Por supuesto. He visto mucho teatro malo y mucho teatro bueno, absolutamente de todo, y siempre rescato algo bueno. Cuando uno levanta un proyecto siempre intenta hacerlo bien, pero hay espectáculos fallidos, a mí también me ha pasado.

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– Apasionado del fútbol, ¿disfruta en San Mamés?

– Conozco el estadio nuevo, aunque con los horarios de este oficio tengo pocas oportunidades de ir. Pero para mí venir al Arriaga es como jugar en La Catedral. Palabras mayores.

Un montaje «con voz propia» y el sello de Fernando Marías

Javier Hernández-Simón, director de la obra, recordó ayer al escritor Fernando Marías, fallecido en abril, con quien realizó la adaptación de la novela de Delibes. Entre los dos, ambos bilbaínos, desmontaron la estructura del libro «párrafo a párrafo» en busca de «una voz propia» alejada de la película. En su opinión, «es un gran momento para recuperar las palabras de Delibes, su reflexión sobre quiénes somos y de dónde venimos» porque la novela «no habla del pasado, hace una advertencia sobre el futuro». La actriz guipuzcoana Yune Nogueiras, que debuta en el Arriaga tras participar en 'Akelarre' y en la serie 'Intimidad', afirmó que el montaje «hace hincapié en la importancia de la educación, donde empieza todo»

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