«La gala será expresionista y dinámica, a ver si funciona sin presentador»

- Usted que recibe tantos premios, ¿qué importancia les da?

- Me hizo mucha ilusión el premio Europa, el primero que lo recibió fue Frank Gehry, porque no era solo a una obra sino por mi contribución a la cultura europea. Y si te los dan con cariño, como el micrófono de oro de Miranda de Ebro... Es importante que reconozcan tu trabajo pero no es lo fundamental, porque ha habido grandes artistas sin premio.

- ¿Y para Bilbao qué supone convertirse en capital del teatro y la danza por un día?

- Todo lo que haga Bilbao en ese sentido es muy bueno. Yo de economía no entiendo nada, pero entre toda la gente que se reunirá el lunes habrá intercambio de impresiones, surgirán proyectos e ideas... Vengo de una ciudad que tiene la feria de arte más importante del mundo, Art Basel. Alguna voz dice: es solamente comercio. Algunos artistas de Hollywood van directamente en jets privados a comprar arte, pero no es solo eso. Se reúnen las galerías más importantes del mundo y eso deja un poso increíble.

- ¿Qué tipo de gala veremos? ¿Le dará el toque transgresor que se espera de usted?

- Es que yo no me lo planteo en esos términos. Nunca me he sentado con un equipo a decir: ya verás, esto va a ser transgresor, porque seguramente no va a salir así.

- ¿Cuál será el hilo conductor?

- Las gentes de Bilbao, Bilbao y sus artistas, ese es el hilo conductor. La vida de las calles, la libertad de poder expresarte en un escenario.

- ¿No le parece la libertad un concepto muy manoseado?

- Cuando no se ejerce, sí. Creo que hay bastante autocensura, vivimos tiempos de incertidumbre y miedo y eso crea ansiedad artística. Cuando yo hablo de libertad hablo de que cuando hago algo no estoy pensando en el público en ese momento, sino en qué me va a gustar a mí. Hay que dejar fluir lo irracional que tenemos dentro.

- En 2006 dirigió la gala de los Max en Barcelona y la ambientó en un bar de copas.

- Fue una gala totalmente barroca. Aparecía un tren pequeñito en homenaje a mi padre y los premios finales los daban los niños de San Ildefonso (ríe). Fue muy divertida. Como yo no tengo que ser el regidor, que eso sí que es locura... Esta es una gala diferente, más expresionista.

- ¿Cómo es la escenografía?

- Es sencilla, con la orquesta (BilbaoSinfonietta) continuamente en escena y vamos a ver si funciona sin presentador. Tengo la escaleta, pero todavía cambiaré cosas.

- ¿Es una manera de repartir el protagonismo?

- Saldrán muchas personas a entregar premios. Hacer una gala tipo Hollywood es divertido pero es otro tipo de cultura, aquí no se trata de vender nada sino de que la gente se relacione. Hay un material fílmico que había desaparecido del Bilbao de los años 70 que va a estar ahí. Espero que sea una gala dinámica e imaginativa. La alfombra roja (en la plaza) será como un gran árbol que se abre a las calles de Bilbao, es bonito que cada uno tenga su alfombra roja.

- ¿Y la música?

- Habrá mucha música de ahora, una versión de Kurt Weill... la soprano Ausrine Stundyte va a cantar el tema de 'Mendi- Mendiyan' después de hacer el esfuerzo monumental de aprendérselo en euskera.

- Participará Bernardo Atxaga, que está adaptando textos de Shakespeare para una producción. ¿Va a fichar por el Arriaga?

- Los grandes teatros que yo conozco tienen dramaturgos. Atxaga es más que un dramaturgo, es un escritor de los buenos. Vamos a ver cómo va a ser la relación con él, pero desde mucho antes de la pandemia estamos hablando.

- Se nota que tienen una conexión personal.

- Sí, me gusta cómo escribe porque es capaz de escribir desde lo irracional y luego lo convierte en algo muy hermoso.

- Suele decir que Bilbao vibra con el Arriaga. ¿De verdad ve una relación con nuestro teatro diferente a la de otras ciudades?

- Parte de la historia de la ciudad se ha escrito aquí, la gente queda en la plaza. Yo percibo que la gentre está muy orgullosa de su teatro. Fíjate que no tiene paredes alrededor, como las iglesias. La pandemia me ha frenado, pero el año que viene quiero dar un salto cualitativo internacional. Quiero traer al Burgtheater de Viena y a otras grandes compañías. Aunque solo vengan 100 o 200 personas hay que acostumbrarse, es un trabajo de fondo que debe hacer un teatro público.