Eszenabide premia una obra que se adentra en las cárceles de mujeres del franquismo

El escaparate de proyectos escénicos Eszenabide ha premiado en esta edición una obra que ahonda en la memoria histórica desde la perspectiva femenina. 'Las que fueron silencio', de Marea Teatro, ha sido elegida por un jurado especializado entre cuatro propuestas en diferentes fases de desarrollo, de las que mostraron algunas escenas en el centro de innovación y producción escénica Harrobia. Los ganadores disfrutarán de una residencia en estas instalaciones y recibirán una ayuda de 2.200 euros.

En la jornada organizada por Eskena, la asociación de productoras vascas, el jurado apostó por una producción ambiciosa, con ocho intérpretes en escena, que se basa en testimonios reales de mujeres que sufrieron entre rejas la represión franquista. Son vivencias cercanas. «Saturraran, Durango, Amorebieta...», explica Lucía Lasarte, artífice de Marea Teatro e impulsora de este proyecto. La actriz vitoriana se formó en Asturias y en Madrid y volvió a Euskadi para dar clases en Dantzerti, la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza.

Fue allí donde coincidió con Javier Hernández-Simón, el prestigioso director bilbaíno de obras como 'Mariana Pineda' y 'Los santos inocentes'. Él le habló de un proyecto que llevaba unos diez años en un cajón, «Javi quería hablar sobre las mujeres represaliadas durante el franquismo y las cárceles en el País Vasco y le pidió a Alberto Iglesias que escribiera un texto. Son amigos y querían trabajar juntos», explica Lasarte. Pero el texto no llegó a llevarse a escena.

Cuando llegó a sus manos, Lucía Lasarte no tuvo dudas. «Lo leí y dije: esto hay que contarlo como sea», recuerda. «Es nuestra primera producción y por todo lo alto, asumiendo riesgos». Hernández-Simón dirige a un sólido reparto. Además de la propia Lucía Lasarte, lo integran Irene Bau, Itxaso Gil, Itxaso González, Vene Herrero, Ramón Ibarra, Unai Izquierdo y Carmen San Esteban, que también participa en la producción. Se estrenará en el Arriaga y tiene programadas tres funciones, el 2, 4 y 5 de marzo.

Alberto Iglesias ha reescrito el texto inicial poniendo el acento «en las cosas que pasaron en aquellos años y hoy resuenan. Hay un trabajo de documentación e investigación muy importante, intentando ser fieles a lo que pasó», afirma Lasarte. Entre los testimonios destaca el de Tomasa Cuevas, militante comunista que pasó seis años en prisión y recopiló aquellas vivencias en un libro. La trama principal se desarrolla en la cárcel, donde a las presas les permiten hacer teatro. «En lugar de la obra que les dice el cura, montan una que tiene que ver con Calvino y Castellio» en la Ginebra del siglo XVI, como reivindicación de la libertad.

El premio de Eszenabide les permitirá ampliar el recorrido de la obra tras el estreno y «dar mejor calidad» a un montaje con espacio escénico de Gorka Martín y vestuario de Betitxe Saitua. «Que todo el mundo cobre lo que se merece, evitando la autoexplotación que tanto se da en el teatro. Con ocho actores en escena, diez personas en gira y el equipo que hay detrás, estamos buscando otras vías de financiación además de la aportación propia», dice la fundadora de Marea Teatro. La compañía empieza fuerte. «Si no lo hacemos ahora, no lo vamos a hacer». En su opinión, «vivimos en un país en el que la memoria es motivo de conflicto e intentamos ocultar nuestro pasado, pero el teatro nos sirve para recordar quiénes somos y de dónde venimos».

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