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Fotografía de archivo de un reportaje sobre jóvenes músicos. El Correo

A vueltas con el bono

Es evidente que el interés y el consumo entre los jóvenes está condicionado por la falta de recursos económicos y el nivel educativo

Domingo, 7 de septiembre 2025, 00:36

Al ministerio de Urtasun ahora le preocupa la escasa acogida que tiene el Bono Cultural Joven entre los beneficiarios con rentas más bajas. A saber, ... en su primera convocatoria de 2022 solamente un 30% de los hogares con rentas inferiores a los 9.400 euros solicitaron el bono, mientras que el porcentaje subió hasta el 53% en los que la renta se situó entre los 32.000 y los 39.000 euros o al 69% en aquellos por encima de los 83.000 euros.

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Son unos datos que bien podrían haberse anticipado antes del lanzamiento del bono, pues resulta evidente que el interés y el consumo cultural entre los jóvenes está condicionado por la falta de recursos económicos y el nivel educativo. Además, la intención del Gobierno Sánchez con el bono estaba más en respaldar y dinamizar al sector y a la industria cultural, que en impulsar el acceso juvenil a la cultura. Todo eso está muy bien, incluyendo el fomento de los hábitos del consumo cultural y el estímulo económico a los jóvenes que cumplen 18 años para el acceso a la cultura. Pero sería un disparate pensar que el bono es un instrumento para atajar la desigualdad de rentas y no una simple tarjeta prepago dirigida de forma universal a todos los jóvenes, sin importar su nivel de ingresos o su situación socioeconómica. Otra cosa es, claro, que sería muy deseable una mayor equiparación en el disfrute del bono entre los jóvenes de hogares con rentas altas y los de rentas más bajas.

Todo indica que ahora Urtasun y su ministerio apuntan para ello a una solución de colaboración con entidades del tercer sector, es decir, con fundaciones que dieran amplitud a la cobertura del bono. Bueno, es una posibilidad, pero verdaderamente los jóvenes tienen que descubrir la cultura como necesidad en las escuelas, en su educación. Por eso mismo en Francia también existe el llamado 'bono colectivo', que es otra cantidad añadida al bono original, ofrecida a los colegios y a las actividades educativas y creativas, compartidas con los profesores. Pues eso, que Urtasun y su ministerio tomen nota al respecto.

Woody Allen y su provocación

Seguramente la provocación está en la esencia del hombre libre, a veces con la forma de un disparo verbal o si no con las trazas de una transgresión que no se improvisa. Pensemos en esto último a la hora de valorar las últimas actitudes y declaraciones de Woody Allen. De un lado, su reciente participación por videoconferencia en una Semana Internacional de Cine de Moscú que reúne a muchos partidarios de Putin ha indignado a los ucranianos y a los que en occidente condenan la beligerancia expansionista de aquel. De otro, Allen también ha declarado en un podcast que Donald Trump es un gran actor, carismático, y que le gustaría volverlo a tener frente a su cámara, como ya lo tuvo en una escena de 'Celebrity' (1998).

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Pero Woody Allen afirmó en el mismo podcast que en 2024 votó a Kamala Harris y también ha criticado a Vladímir Putin por la atroz invasión de Ucrania. Entonces, ¿a qué tanta incongruencia? Pues a lo mejor todo esto no es sino una rebeldía frente al #MeToo y la cultura de la cancelación que lo han boicoteado sin piedad.

Boicot fracasado

Como instrumento de presión, el boicot puede ser tan imperfecto como ignorado por quien lo ve abrumador y hasta coercitivo. Algo de esto explica el fracaso del boicot contra los festivales del fondo de inversión KKR (Arenal Sound, Viña Rock, Sónar, FIB…), sobre el que pesaba la acusación de ser proisraelí, simplemente porque había sido fundado en Nueva York por inversores de origen judío. En cualquier caso, resulta curioso que después de un boicot bien publicitado y secundado con la renuncia de varios grupos en los carteles, se mantenga la fidelidad del público. El Arenal Sound mantuvo la cifra de asistentes, el Sónar batió su marca y el Viña Rock o el FIB tuvieron cifras similares a las del año anterior. El boicot es una propuesta tan libre y democrática como también lo es ignorarlo o no seguirlo.

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