Quién dijo que el cine de las franquicias y los superhéroes era una fórmula tan superada como agotada? Pues ni mucho menos, porque el superhombre ... de Krypton y la longeva saga de los dinosaurios han vuelto a estimular en este verano la demanda cinematográfica y la sociología del consumo de películas en las salas. Véase que la nueva entrega de Jurassic World ha logrado en su estreno uno de los mejores ingresos globales en la historia de la franquicia, mientras que la nueva versión de Superman también ha tenido un resultado excelente en su primer fin de semana.
Publicidad
Curiosa paradoja, en todo caso, que el nuevo Superman sea ahora un salvador posmoderno y comanditario en la crisis de la taquilla global del cine, mientras que para algunos críticos no es sino un repudiado quebrantador del mito clasicista del héroe que representaba los viejos valores norteamericanos, precisamente esos que en el trumpismo han mutado o se han volatilizado. Entendamos que cada época tiene el Superman que los tiempos requieren, un icono o un mito que se adapta a la sociología del momento. Este Superman de las incertidumbres geopolíticas es ahora más humano y romántico, más vulnerable, con gustos punk y pop, un poco panfletario al asumir su condición de inmigrante interplanetario o al hacer un guiño al acoso en las redes sociales y, por supuesto, más próximo al presente que al pasado de la historia o más protagonista de una comedia romántica que de una película de acción.
Es el hombre de hoy, en otras palabras, provisto de su capa y de sus poderes sobrenaturales, pero también vinculando su herencia alienígena y su educación humana a los problemas de la contemporaneidad. Y, ¿qué querían que fuera un personaje cinematográfico vetusto al que su productora le pide que se identifique con las audiencias y refresque la taquilla? Comprendan que el cine es un negocio y Superman una marca perdurable. Si cambian los valores, Superman se adapta. Y si ahora es socialmente rentable decir que el héroe es un inmigrante porque viene de Krypton, pues se dice. Faltaría más.
-
Inteligencia artificial
Música sintética
Esta semana se ha desvelado el gran secreto del grupo indie rock The Velvet Sundown, cuyos dos álbumes lanzados en menos de un mes han acumulado varios millones de reproducciones en Spotify. Resulta que no solo su éxito fulgurante se ha logrado con el empleo de la Inteligencia Artificial (IA) generativa, sino que además las entrevistas concedidas por un aparente miembro de la banda, Andrew Frelon, un impostor, no eran sino otro excelso ejemplo del marketing «fake».
Publicidad
La verdad es que la música de este engendro de grupo suena bien. Encima, una vez descubierto el pastel su explicación también tiene su miga: «Somos un proyecto musical sintético, guiado por una dirección artística y humana». Es decir, que esta música no es del todo máquina, ni del todo humana. Casi nada. Bueno, sí es un buen ejemplo del efecto beneficioso de la IA en la producción musical, pero también un fiel reflejo de que la IA se está empleando en el negocio musical sin respetar la transparencia, la propiedad intelectual y el consentimiento.
-
Conciertos
Inolvadable Diana Ross
Están en YouTube los vídeos de la reciente gira europea de Diana Ross, «Celebrando los clásicos atemporales», un epígrafe de sofisticada inteligencia. Es lo que permanece tras una extensa carrera, lo mismo que la sensualidad intacta de una diva de 81 años, prueba de que el secreto del «sex appeal» está más en la actitud que en la cronología. Pisar el escenario con tanta biografía no necesita de rítmicos boys que arropen las carencias o de tecnologías que ensalcen lo liviano. Además, la nostalgia reafirma una invulnerabilidad electrizante en las tablas con el lamé y el volumen afro, tan Motown o tan R&B como un estribillo pegadizo o una cadera a ritmo de soul. Y no es solo eso, porque los hits de su repertorio recorren la historia en paralelo con su voz suave, cristalina. Inolvidable Diana Ross, permaneciendo en lo efímero o allanando el drama del paso del tiempo.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión