Ciertamente no se puede acusar a los académicos suecos de no indagar exhaustivamente para su selección y elección final para el Nobel de Literatura en ... la globalidad del universo literario, en todas sus lenguas y géneros o en todas las temáticas y estilos, todo ello sin complejo alguno cuando se deja al margen del mayor galardón de las letras a autores consagrados y admirados que cuentan con todos los merecimientos para recibirlo. Quizás por eso mismo no se pueda aludir especialmente en esta edición al oportunismo político de la Académica Sueca por una elección que destaca la metanarrativa postcolonial y la reescritura de la historia contemporánea, europea esencialmente, vinculándolo todo a la actualidad del problema de la inmigración, a la alienación identitaria y el multiculturalismo tras la diáspora o incluso a la moderna autonomía de unas raíces propias frente al resto latente de las imposiciones de un colonialismo imperial.
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Digamos entonces que a lo mejor la Academia Sueca no opta tanto por el acomodo de su premio a las modas y preocupaciones sociales de la contemporaneidad como por un nuevo canon que se aleja de las pautas occidentales prescritas por Harold Bloom. Suficientemente publicado y leído en el ámbito occidental -especialmente en el anglosajón-, Abdulrazak Gurnah es un autor de contornos específicos en la literatura postcolonial, especialmente por su habilidad para reflejar sobre el fondo de las consecuencias coloniales y la alienación cultural una serie de preocupaciones, caracteres y conflictos psicológicos de carácter universal, quizás en un diálogo intimista y espiritual que sirve para acercar y transformar desde dentro del imperio la percepción de un drama tan histórico como contemporáneo. Con todo, tanto su calidad literaria como la importancia y actualidad de su temática creativa no pueden hacer olvidar la amplia nómina de autores con sobrados merecimientos para el Nobel de Literatura.
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