El buitre que robó al niño, el cuadro comprado por Dickens y otras joyas del Bellas Artes

Ahora volverá a despertar asombro, pues es una de las obras incluidas en los seis conjuntos documentales incorporados recientemente a los fondos de la pinacoteca y presentados ayer, algunos fruto de donaciones y otros, de adquisiciones. Se suman a la obra de Manterola la de Eduardo Zamacois; el fotógrafo Alphonse Guiard y su hijo, el pintor Adolfo Guiard; el ilustrador Saul Steinberg; la artista María Franciska Dapena, y el archivo fotográfico de la fábrica Patricio Echeverría S. A., en Legazpi, dedicada a forjar herramientas para agricultores, mineros y carpinteros.

En la presentación de estas nuevas incorporaciones del Bellas Artes, estuvo su director, Miguel Zugaza, acompañado de Elixabete Etxanobe, diputada general y presidenta de la fundación del museo; Gilermo Zuaznabar, conservador jefe; Javi Novo, coordinador de conservación e investigación; el historiador del arte Mikel Lertxundi; Miriam Alzuri, conservadora de arte moderno y contemporáneo, y Gorka Martínez, director general de la Fundación BBK.

«Los archivos y fondos documentales de los artistas son fundamentales para comprender tanto su contexto creativo como el interés y las motivaciones de quienes los reunieron. Bocetos, correspondencia, fotografías, escritos y otros materiales que pertenecieron a las y los artistas o a su entorno más cercano sirven para profundizar en su itinerario vital y arrojar luz sobre sus inquietudes más personales», explican responsables del museo, que agradecen las donaciones de herederos y colecciones privadas, valorándolas como una demostración de colaboración entre el museo y la sociedad.

Manterola compartía su pasión por la fotografía con el trabajo en la tienda de ultramarinos, fonda y estanco familiar en Zeanuri, donde vendía sus fotos editadas en formato postal en Alemania, Francia y Bilbao. Baserritarras, pastores, mujeres y niños, caseríos, el tranvía de Arratia... Parte de sus instantáneas en blanco y negro las coloreó después con acuarela. Muchas se utilizaron en el ensayo etnológico 'Los vascos' (1949) de Julio Caro Baroja, «para documentar los cambios sociológicos y avances tecnológicos que propiciaron el tránsito de una sociedad rural tradicional a una moderna y fuertemente industrializada», señaló Gilermo Zuaznabar. La donación realizada por parte de sus descendientes incluye más de mil placas de vidrio, 160 postales y 323 fotos realizadas entre 1904 y 1936, entre otros documentos y sus herramientas de trabajo artístico.

De otro fotógrafo es la primera imagen (1862) que se conserva de la Casa de Juntas con el Árbol de Gernika. Está en la exposición, entre los documentos aportados por los descendientes de Alphonse Guiard, nacido en Francia en 1833 pero afincado en Bilbao desde 1857 –donde contrajo matrimonio con Juliana Larrauri–. La hizo como regalo para la reina Isabel II. En la colección hay otras muchas fotos con las que enriqueció la iconografía decimonónica de la villa: la catedral de Santiago y la iglesia de San Nicolás, la Plaza Nueva, el teatro de la Villa, los puentes de los Fueros y El Arenal, la estación de Abando...

De su hijo el pintor Adolfo Guiard (Bilbao, 1860-1916), también hay material donado: dibujos y documentos que se suman a la adquisición reciente de pinturas como 'Carrera de caballos' (1885-1886). Un capricho a descubrir por el visitante: un pequeño y delicioso boceto para vidriera hecho sobre cartón con pajarillos entre ramas de árbol.

Steinberg fue un ilustrador rumano de familia judía que vivía en Milán hasta que tuvo que huir del régimen fascista italiano y se instaló en Nueva York. Allí publicó caricaturas e ilustraciones en 'The New Yorker'. La Fundación que custodia su legado eligió el Bellas Artes como el «destino apropiado» para albergar su obra. Así, en 2023, el museo recibió un conjunto de dibujos y grabados de los que ahora expone cinco. Pertenecen a la serie inspirada en Goya y dedicada a la tauromaquia tras un viaje por España.

Sobre la importancia del fondo dedicado a Eduardo Zamacois, (Bilbao, 1841-Madrid, 1871) habló Mikel Lertxundi, que presentó el cuadro 'El guarda campestre' (1867): «Zamacois añade una vis cómica que hizo que fuera muy apreciado por el público y entre los coleccionistas internacionales». Ambientado en la campiña francesa del siglo XVIII, un guarda sorprende a un joven que, tratando de demostrar su inocencia, vacía los bolsillos mientras oculta en su gorra las manzanas robadas. «Fue adquirido por Charles Dickens en 1868 en Nueva York, seguramente atraído por el personaje, que pudo recordarle a Oliver Twist. El museo lo compró el año pasado en una subasta en Nueva York, después de que pasara por múltiples manos».

En cuanto al archivo de la fábrica Patricio Echeverría S. A., donado por el fotógrafo Gorka Salmerón en 2024, documenta la historia de la factoría entre 1918 y 1960 a través de 209 fotografías en blanco y negro. «Se encargaron para mostrar la actividad de la fábrica en ferias e ilustrar sus catálogos». Operarios descansando, calderas vertiendo metal derretido, máquinas funcionando... Una parte importante de nuestra historia.

Como la que presentan las obras donadas por los descendientes de María Franciska Dapena (Palencia, 1924-Bilbao, 1995), encarcelada entre 1962 y 1964 por colaborar con el PCE. En la exposición sorprende la belleza de una foto suya de carné, puerta de entrada a un buen número de obras que muestran a marineros, albañiles, soldadores... y presas, muchas mujeres presas, pintadas algunas durante su propio encierro. Se integran escritos de la artista a máquina y manuscritos, que serán publicados por el museo. Un par de investigadores se encargan de ordenar su legado y de una tesis sobre la figura de otra artista opacada que hay que reivindicar.