Arranca el Dantzaldia con Melania Olcina, último Premio Nacional de Danza

Podría ser un dúo, pero Melania Olcina prefiere decir que es un trío. El que componen ella, Premio Nacional de Danza 2023 en la modalidad de Interpretación -en breve se conocerá el nombre del artista premiado este año-, el trombonista Jorge Moreno -cuando comenzó a crear la pieza, en 2021, se trataba de Juan Crespo- y el trombón mismo, que suena en vivo y en directo. 'La declamación muda', el espectáculo con el que se abre hoy la edición número 25 del festival Dantzaldia, necesita de estas tres figuras para existir y para mostrar «la relación entre las vibraciones sonoras de un instrumento de viento y un cuerpo afectado por sus dinámicas aéreas». A Olcina siempre le había fascinado el trombón, que es «articulable, manipulable, con el que se puede trabajar el movimiento como se hace con el cuerpo y que permite crear espacios coreográficos». Eso significa que la bailarina puede introducirse entre los brazos del trombonista y la vara, que puede hacer al músico y al instrumento partícipes de los pasos y las figuras. Y también, claro, que el trombonista ha tenido que aprender a bailar, aunque sea solo un poco, para poder responder a lo que Olcina quería crear en esta pieza.

Tenían ya mucho a su favor cuando empezaron a trabajar. Porque, como explica la Premio Nacional de Danza, hay ejercicios que son comunes en sus dos disciplinas, sobre todo a la hora de calentar o prepararse. Tiene que ver con la respiración, con coger y soltar aire. Y de eso precisamente trata 'La declamación muda': del aire, del aliento, del viento. «El movimiento de tensión y distensión, la inhalación y la exhalación, son parte del ejercicio de tocar el trombón y también de bailar», cuenta Olcina. «Aquí hablamos de la respiración como origen del movimiento y de la música, que está sacada del aire y de los sueños».

En 'La declamación muda' no hay una música convencional, pero el trombón está presente en cada paso desde el «primer hálito» hasta los efectos de viento y los silencios. Hay además mucha improvisación, como el momento del espacio musical de Moreno tocando jazz; mientras que en otras partes de los veinte minutos de la pieza, los artistas componen un trío «muy sincronizado» para acabar «gestionándonos cada uno: él su parte de viento y yo con la imagen del pájaro, con ese deseo de volar».

Con este espectáculo (11.30 horas, Museo de Bellas Artes, con invitación) se abre el trimestre del Dantzaldia, el festival que hasta el mes de diciembre ofrecerá un programa de marcado carácter internacional para celebrar su primer cuarto de siglo de vida. Habrá unas cuantas compañías de Italia, de Grecia, de Países Bajos y de Vietnam. La próxima actuación, el 1 de octubre, es un ejemplo: en la doble cita, se podrá ver la danza de Hang Tho Creative, con la base oriental del kung-fu mezclada con las danzas urbanas, y Small Axe (griega) con el dúo 'Farisa'. Tanto para ver a estas dos compañías como para ver a Olcina -las tres estarán en el Bellas Artes- es necesario reservar invitación a través del correo o el teléfono de La Fundición.

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