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Gripe aviar, fiebre Q o tuberculosis son solo algunas de las infecciones de procedencia animal que pueden suponer un riesgo tanto para la ganadería como para la salud pública. Es por ello que el estudio de estas enfermedades requiere de instalaciones especialmente diseñadas para garantizar la máxima seguridad y evitar cualquier efecto para las personas y el entorno.
Con el objetivo de impulsar la investigación de estos agentes, el centro tecnológico Neiker ha inaugurado en su sede de Derio las nuevas instalaciones de su laboratorio de biocontención de nivel 3 (NCB3), que tras una renovación integral amplía su superficie hasta los 900 m², refuerza su seguridad y mejora la eficiencia energética. La renovación ha requerido una inversión de cinco millones de euros, financiada en mayor parte por el departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno vasco, del que Neiker depende, y en menos medida por la Agencia Estatal de Investigación.
El resultado es un espacio de vanguardia diseñado para trabajar con patógenos de alto riesgo biológico, procurando la máxima seguridad tanto para el equipo investigador como para el entorno. «Se trata de una instalación única, concebida para trabajar en la búsqueda de soluciones a enfermedades zoonóticas, que son aquellas que afectan tanto a personas como a animales, entre las que destacan la tuberculosis, la gripe aviar, la encefalopatía espongiforme bovina y la fiebre Q, entre otras», señala Joseba Garrido, responsable del departamento de Sanidad Animal de este centro tecnológico.
Los laboratorios de contención biológica son instalaciones cruciales diseñadas para trabajar con agentes que representan distintos niveles de riesgo. Su objetivo principal es proteger al personal investigador, al entorno y a la comunidad frente a posibles exposiciones o liberaciones accidentales. Entre estas instalaciones, los laboratorios de Nivel 3 de Contención Biológica (NCB3) constituyen uno de los entornos más seguros y controlados para la investigación de patógenos peligrosos.
La clasificación de los laboratorios se establece internacionalmente en cuatro categorías, de P1 a P4, que determina los tipos de agentes que pueden manipularse y las medidas necesarias para garantizar su contención. En el nivel 3 se pueden investigar enfermedades como la tuberculosis, la gripe aviar o la fiebre Q. Estas características convierten a los NCB3 en infraestructuras esenciales para la investigación biomédica y veterinaria que permiten estudiar agentes infecciosos de alto riesgo de manera segura, desarrollar vacunas y tratamientos, optimizar métodos diagnósticos y contribuir a la vigilancia epidemiológica. Además, desempeñan un papel esencial en la respuesta ante emergencias sanitarias sin comprometer la seguridad del personal ni del entorno.
Neiker cuenta con instalaciones NCB3 desde 2002, cuando se construyeron para dar respuesta al programa de vigilancia, control y erradicación de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida popularmente como ‘mal de las vacas locas’. «Aunque el origen fue la EEB, estas instalaciones nos permiten avanzar también en la investigación de otras enfermedades animales de gran relevancia sanitaria, desarrollar nuevas soluciones y colaborar con otros centros y empresas para generar resultados concretos que beneficien tanto al sector agroganadero como a la sociedad en su conjunto», explica Olatz Unamunzaga, directora general de Neiker.
Hoy, estas infraestructuras posibilitan que Neiker investigue desde el enfoque One Health, que conecta la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. Así, gracias al NCB3, Neiker desarrolla vacunas, bioestimulantes, técnicas de diagnóstico y estudios sobre patógenos como la tuberculosis animal, la gripe aviar o la Fiebre Q.
La remodelación ha supuesto una ampliación de 200 metros cuadrados, con la reorganización de los espacios para crear cinco laboratorios independientes, un animalario con cuatro salas para especies pequeñas, cuatro boxes para grandes animales, una sala de necropsias y zonas técnicas, todas adaptadas a los últimos estándares de bienestar animal. Una nueva configuración que también amplía las posibilidades de cooperación con otros grupos de investigación y empresas. «Estas instalaciones resultan especialmente valiosas para empresas farmacéuticas del sector veterinario, que necesitan ensayar prototipos en animales de grandes dimensiones en condiciones seguras», subraya Garrido.
«Con esta reforma hemos ampliado su superficie y modernizado de forma integral los sistemas de seguridad, biocontención y eficiencia energética, situando nuestras instalaciones entre las más avanzadas de Europa en su categoría», explica el responsable del departamento de Sanidad Animal de Neiker. Gracias a estas labores, la instalación no solo amplía su capacidad de investigación y colaboración, sino que también refuerza la posición de Euskadi como referente en sanidad animal y bioseguridad.
Las instalaciones se inauguraron el pasado 5 de noviembre en acto que contó con la presencia del lehendakari, Imanol Pradales; la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural y Pesca del Gobierno vasco, Amaia Barredo; el consejero de Ciencia, Universidades e Innovación, Juan Ignacio Pérez; y de representantes de instituciones científicas y de los principales agentes del sector ganadero de Euskadi.
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