«¿Vacuna contra el sida? No sabemos cómo debe ser el 'misil' contra el virus»
José Alcamí | Inmunólogo ·
El experto imparte hoy una charla divulgativa en Bilbao en el marco de un congreso científico sobre el ARN que comenzó ayer y termina mañana«En un mundo ideal, en una o dos generaciones el virus del sida desaparecería porque los 40 millones de infectados tomarían el tratamiento antirretroviral ... y no lo transmitirían. También los grupos de riesgo estarían protegidos. Pero en el mundo real, en 2022, 1,6 millones de personas se infectaron. La vacuna sigue siendo necesaria», asegura el doctor José Alcamí, director de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III, uno de los mayores expertos del país en vacunas en general y en particular en una enfermedad cuyos primeros casos fueron detectados en Estados Unidos en 1981.
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Desde entonces, la medicina ha dado con tratamientos que logran reducir al mínimo la carga viral. Incluso se conocen cuatro casos de curación total «muy excepcionales pero no extrapolables a la mayoría de pacientes». Lo que no se ha logrado todavía es dar con una vacuna. Es una carrera de más de 40 años que contrasta con el logro en solo un año del remedio contra el covid. Alcamí estará hoy en Bilbao para hablar precisamente de esto en el marco del Congreso RiboRed 2024. Organizado por las investigadoras de la UPV/EHU Izortze Santín y Ainara Castellanos, además de por Biodonostia, CIMA y la Universidad de Salamanca, reúne desde ayer y durante tres días a todos los investigadores del país que trabajan en ARN. Les sonará porque algunas de las vacunas contra el covid fueron posibles gracias a esta tecnología.
– Su conferencia se titula '¿Por qué se ha conseguido una vacuna frente al covid en menos de un año y no tenemos una vacuna frente al sida en 40 años?'. Adelántenos la respuesta.
–Se puede explicar con tres razones. La primera sería que a diferencia de la del VIH, la del covid es una vacuna 'fácil' de hacer. Sigue los criterios inmunológicos de otras muchas. La segunda es que se pudieron utilizar herramientas que ya se conocían como el ARN mensajero. Y la tercera es que ante la emergencia, se modificaron las normas para aprobar las vacunas.
– ¿Por qué no sirven estas estrategias contra el sida?
–La vacuna contra el VIH presenta unos desafíos que nunca se habían encontrado. Con las clásicas se trata básicamente de despertar al sistema inmune para que haga lo que sabe hacer. Pero en el caso del sida se trata de enseñar a las defensas a hacer cosas que no sabe hacer. Por eso eso es un desafío absolutamente nuevo. Hoy sabemos que es posible pero muy complicado. Estamos ahora en una fase en la que ya se están proponiendo estrategias absolutamente nuevas.
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– ¿ARN mensajero?
– Nosotros participamos en algún ensayo con ARN mensajero, pero su eficacia fue muy baja. El problema es que no tenemos el diseño de la vacuna, no sabemos cómo debe ser el 'misil' que tenemos que diseñar para que ataque al VIH y para que sea, digamos, producido por el sistema inmune. El día que tengamos el diseño, el ARN será muy valioso, sobre todo en un virus que es tan variable. Creo que lo que acabará teniendo éxito será la combinación de estrategias. Una es despertar al virus cuando está 'dormido' en sus reservorios. Entonces comienza a multiplicarse y como el paciente está en tratamiento, esas células serán destruidas. Pero no es suficiente porque el virus puede hacerse resistente a la respuesta inmunológica. Lo que se está haciendo es combinarlo con estrategias de potenciación del sistema inmune.
La llave del virus
– El VIH es un virus que esconde sus llaves.
– En mi opinión, la principal dificultad que presenta es la estructura de la proteína que lo envuelve. Es la llave que utilizan para entrar en las células. Lo que hacen los anticuerpos, que son producidos cuando nos vacunamos, es bloquear la llave. Es como poner sobre ella una especie de plástico que impide que entre en la cerradura. El problema es que frente a otros virus como el covid, que la tienen expuesta, el VIH la esconde. Esto hace que aunque tengamos anticuerpos que bloqueen la llave, no logran acceder a ella. Y cuando la enseñan para entrar en la célula, el espacio es tan pequeño que los anticuerpos no alcanzan porque son moléculas demasiado grandes. Y además está recubierto por un escudo de azúcares que tampoco pueden atravesar.
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– En 2002 dijo en una entrevista a este periódico que era insensato anunciar una fecha para la vacuna del sida. La OMS se han propuesto acabar con esta pandemia en 2030. ¿Es realista?
–Sí, pero sin vacuna. En un mundo ideal, en una o dos generaciones desaparecería porque los 40 millones de infectados tomarían el tratamiento antirretroviral y no lo transmitirían. También los grupos de riesgo estarían protegidos. Pero en el mundo real, en 2022, 1,6 millones de personas se infectaron, la mayoría en el África subsahariana. Allí todavía hay un 25% de personas que no tienen acceso al tratamiento. Son esas personas las que necesitan una vacuna.
Un médico 'youtuber' que explica cómo funcionan las vacunas con muñecos de los Simpson
En medio de la pandemia, el doctor Alcamí abrió un canal de Youtube que llamó 'El maletín del doctor Pepe'. En él explicaba cuestiones sobre cómo actúan las vacunas, cómo se desarrolla una pandemia… Para ello utilizaba incluso peluches de los Simpson. Llegó a tener 6.000 suscriptores. «Me gusta explicar las cosas. Doy unas 40 charlas al año y me faltaba dar el salto a la redes sociales. Un artículo de 'Nature' en 2020 me sacudió. Decía que los científicos teníamos que comprometernos con la comunicación. Estábamos en medio de lo que se llamó 'infodemia', un exceso de información por expertos que salían de todas partes. Nunca había conocido tantos epidemiólogos y virólogos», recuerda
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