«¡Gracias por estos 20 años!» Una comerciante del Casco Viejo crea una colección en homenaje a sus clientas

Esta emprendedora se dejó seducir por el mundo de la moda, la belleza y la decoración desde una edad muy temprana. De pequeña, esperaba ansiosa a que llegara mitad de mes para ir al quiosco en busca de la revista de turno. «Compraba la que más botecitos de regalo traía, probablemente 'Vogue' o 'Elle'», ríe. Tras licenciarse en Bellas Artes, trabajó durante un tiempo de cara al público, y después se atrevió a montar su propio negocio, que ya lleva nada más y nada menos que 20 años en activo. Su colección cápsula ha sido bautizada con el nombre de 'UDA', verano en euskera, y aterrizó en su tienda a mediados del pasado mes de abril. Un proyecto que nació tras unas sesiones de 'mentoring' con su asesor de siempre. «Me aconsejó hacer diferentes acciones para consolidar más la empresa, sin ninguna pretensión más que la de celebrar. Yo le hice caso, porque notaba que necesitaba una motivación extra una vez pasó la pandemia», recuerda. Empezó con dos interesantes colaboraciones. Una de ellas fue con la marca española de joyería Lucuix, y después se alió con los bolsos de Reliée. Tal fue el éxito de estas ediciones limitadas, que enseguida se puso manos a la obra con el siguiente paso que, en propias palabras, «surge de esa experiencia de tendera y seleccionadora que he tenido toda la vida».

Todo fue cobrando sentido y encajando en esta historia. Y es que hace unos meses, una vez finalizados sus estudios en diseño y patronaje, Violeta Ibáñez se cuestionó qué dirección tomar. Su relación con Marta ha traspasado lo meramente laboral, y han acabado forjando una gran amistad. Por eso decidieron unir fuerzas e ir a por todas. Se marcharon a una feria de tejidos de Paris, y allí comenzaron a materializar y dar forma a una colección única a la par que irrepetible, puesto que encargaron los metros justos para que no fuese una producción masiva. «Recuerdo estar allí hace unos meses, dibujando prendas en una mesa con un trozo de pizza en cualquier esquina. Hemos tenido momentos muy divertidos», declara Marta, fan incondicional de Menorca que ya está planeando su próxima escapada. Rememora del viaje con especial cariño a un hombre italiano, que actualmente se dedica a producir los botones joya de Dior. «Le caímos en gracia. Nos enamoramos de los botones australianos nacarados que hemos puesto en la camisa 'Hiru', cuya luz refleja dependiendo de la prenda que pongas a su lado», dice.

'UDA BY ÄMMÄ' se compone de siete originales prendas de estilo 'oversize': dos vestidos, dos pantalones, dos blusas y una sudadera. Todas son muy especiales y tienen un toque diferente. Además, se pueden combinar y mezclar entre ellas, facilitando así el tiempo invertido en elegir un estilismo. Y aunque en principio se confeccionan solamente en una única talla, Marta asegura que es posible hacer algunas excepciones para aquellas clientas más altas o con mucho pecho. «Si tenemos tejido, podemos hacerlo en una semana. Al final, son prendas muy exclusivas». Precisamente, la importancia del tejido ha sido clave desde el principio del proceso para la creadora, puesto que es uno de los temas más recurrentes en las conversaciones de la tienda. En Francia, las emprendedoras optaron por elegir algunos tejidos reciclados más atípicos, y otros como mezcla de algodón con lino. «Son todos maravillosos. Me encanta el del vestido 'Kanji', que lo veo un poco como de burbuja. Y el tejido del pantalón y la sudadera rosa me recuerda al atardecer y a los campos de arroz. Tiene que ver más con los espacios irreales, estos nuevos creadores que crean obras que pueden ser reales o no, que puede verse la naturaleza reflejada, pero tiene un punto de irreal», señala esta soñadora con una sensibilidad especial.

La gran inspiración de esta cápsula ha sido una espectacular construcción de los años 60 del artista Antti Lovag, de padre ruso y madre finlandesa. Su 'Palais Bulles' resulta tan emocionante de ver, que es difícil apartar la mirada. «Me atrapan las burbujas interconectadas, la emoción de la curva, las líneas suaves, los colores naturales y saturados… La transparencia del agua en sus cascadas y la forma en que la luz incide en cada esquina…», recalca Gutierrez, que insiste en que todo ello la transporta, nutre y sugiere formas, colores y texturas para aplicar a la ropa. Las fotografías para la campaña, de hecho, se han realizado en uno de estos amplios espacios llenos de luz y techos muy altos. «Compartir sinergias entre creadoras hace que al final salgan cosas muy chulas. Me encontré con la arquitecta que está reformando mi casa y todo surgió de manera muy natural», matiza esta mujer que pronto decidirá si su siguiente colección de invierno saldrá a la luz. Por el momento, podemos hacer una visita a su tienda del Casco Viejo para hacernos con alguna de estas 'joyitas' que guardar temporada tras temporada en nuestro armario.