Un túnel de 47 millones tapiado y una licencia de obra caducada
La de la Variante Sur Ferroviaria (VSF) es una historia plagada de retrasos. El proyecto tiene cierta semejanza al de la 'Y' vasca: no ... solo porque llegará para revolucionar el movimiento de trenes, también porque su lenta ejecución es consecuencia de los vaivenes económicos y la inestabilidad política de los últimos veinte años.
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La VSF tendrá 18,6 kilómetros, aunque completarla llevará tiempo. Mucho tiempo. Lo primero que se hizo en 2001 fue autorizar la construcción del túnel del Serantes, que permitirá conectar Santurtzi y la futura variante. La galería costó 47 millones y lleva culminada y tapiada desde 2008.
En paralelo se han presentado dos estudios informativos sobre la fase I (Serantes-Olabeaga). El primero, del Gobierno central, se descartó y el segundo, del vasco, sigue aún pendiente de la aprobación definitiva. La última estimación económica del tramo se realizó en 2015: 500 millones (más IVA) así que no parece excesivamente fiable.
Ni plazos ni proyectos
Más atrasada está si cabe la fase II, la llamada variante de Olabeaga que permitirá soterrar el trazado en su tránsito por Bilbao. El Ejecutivo autonómico presentó su anteproyecto en 2019, pero acabó siendo ralentizado ante el volumen de las alegaciones presentadas y su «gran calado».
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Se produjo una parálisis durante la que el informe caducó, así que ha tocado empezar de cero. En 2022 el Ministerio de Transportes readjudicó la redacción del Estudio Informativo, que debería presentarse durante el primer trimestre de 2024 para iniciar una tramitación que durará años. Peor está la fase III (Bilbao-Arrigorriaga), sin plazos ni proyecto.
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