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El auge de las grandes superficies y las compras a través de internet han puesto en jaque la supervivencia de muchos comercios en los barrios de Bilbao. Cada vez es más habitual pasear por las calles y ver lonjas vacías, persianas bajadas y carteles de 'Se vende' colgados en los establecimientos. Sin embargo, algunos han logrado hacerse un hueco gracias a su capacidad de reinventarse y la especialización. Aquí tres ejemplos:
Juan Carlos Rubio, de 68 años, regenta la tienda de reparación de calzado Izarra. Comenzó en el negocio junto a su padre. El primer local estaba ubicado en el barrio de La Peña, pero se tuvieron que trasladar a Santutxu porque las inundaciones de 1983 «arrasaron con todo». Pertenece a la tercera generación de zapateros de la familia y tiene claro cuál es la clave para sobrevivir al paso del tiempo: reinventarse. «Mi padre fue uno de los inauguradores de la Asociación de Reparadores de Calzado de Bizkaia y yo fui secretario durante 18 años. En aquel entonces éramos 26 zapateros aquí en Santutxu; ahora no pasan de ocho. Antes se llevaba calzado de suela y tapa de aguja, por ejemplo, pero hoy todo el mundo viste con zapatillas y un estilo más urbano. Hemos buscado nuevas fórmulas para arreglarlos y hemos aprendido a usar otros materiales», explica.
Cuando el 'fast fashion' ha irrumpido con fuerza en la sociedad, todavía defiende a capa y espada que un calzado arreglado puede tener «otros 10 o 15 años de vida. En eso consiste el trabajo de los zapateros». Rubio asegura que ahora se repara «mucho menos que antes», pero los clientes siguen confiando en él para dar una segunda vida a sus zapatillas de deporte y botas de monte. «¡Ay, Juan Carlos! El día que te jubiles…», lamentan los más fieles cuando le visitan.
La librería Naubis, situada en Basarrate, ha calado en el barrio gracias a la especialización. Su punto fuerte es el género 'solarpunk', una propuesta que se mueve entre la ciencia ficción, la ecología, la botánica y la fantasía con el fin de educar en la igualdad y la sostenibilidad. Detrás del mostrador se encuentran Pablo Martínez y Eva Ruiz, dos emprendedores que decidieron poner en marcha su proyecto más personal en 2023. «Surgió después de la pandemia, en uno de esos 'renaceres' que tuvo la gente. Estuvimos malviviendo durante años en trabajos muy precarios, así que decidimos ahorrar dinero para crear este negocio, que es lo que nos gusta», cuentan.
En un momento en el que muchas librerías están abocadas al cierre, han apostado por convertirse en una propuesta 'nicho' de referencia. «Es un barrio muy gris. En esta calle estaba prácticamente todo cerrado. Creo que con la librería lo hemos transformado y creamos oportunidades», celebran. Su objetivo, más allá de vender libros, es crear comunidad. Para ello, organizan clubs de lectura, charlas, cuentacuentos... «Aquí hay muchos matrimonios jóvenes de la generación 'millenial' y les interesan nuestras propuestas infantiles. Es importante que se abran comercios que no dependan de las modas y que los responsables tengan conocimiento de lo que se ofrece».
Saray Sánchez, bilbaína de 34 años, decidió lanzarse a la aventura y emprender «sin pensarlo, porque si no, no lo hago». Hace siete meses fundó 'Ze Politak', una tienda de uñas situada en la calle Colón de Larreátegui de Bilbao. A la vez abrió otra en Galdakao. Los centros de belleza están en auge y surgen tiendas de uñas como champiñones. ¿Cómo diferenciarse, entonces? La emprendedora asegura que lo importante para sobrevivir es ofrecer un servicio «con valor añadido». «Esto no consiste en hacer un curso, montar la tienda y ya está; hay que estar al día de las nuevas tendencias y formarse continuamente. Cuidamos muchos la estética para que la gente se anime a entrar, y la higiene es fundamental», asegura. Sánchez y su equipo trabajan con esmaltes hipoalergénicos, veganos y ecológicos y cuentan con más de 400 tonalidades.
Además, brindan la opción de un servicio 'express' para todas aquellas personas que disponen de poco tiempo para hacerse la manicura. «Cuesta mucho atraer a nuevas clientas y se pueden ir fácil. Intentamos ofrecer algo distinto. En nuestro local los perros también son bienvenidos para dar facilidades y servimos cafés a las clientas para que pasen un rato agradable. Son pequeños detalles que marcan la diferencia». Lo tiene claro: «Se van a quedar los los negocios que logren aportar algo novedoso».
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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