El sorprendente encuentro de cuatro ciclistas vizcaínos con un oso en Rumanía
El animal se quedó observándoles desde el otro lado de la carretera, mientras el grupo llegado desde Carranza contemplaba atónito al animal
Joserra García, Hugo Iza, Paco Vicario y Javi Trigo, cuatro amigos de la localidad vizcaína de Carranza, aficionados al ciclismo, se quedaron de hielo hace ... unos días al toparse con un oso en plena ruta por Rumanía. Fue en la zona de Transilvania, donde permanecieron diez días recorriendo sus carreteras y disfrutando del paisaje. En una de sus salidas se encontraron con este animal en plena carretera. No dudaron en grabar el sorprendente encuentro, que no pasó a mayores, pero que se ha hecho viral en las redes sociales.
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Hubo quién pensó que el plantígrado había aparecido en Carranza, al ver el maillot de uno de ellos, pero fue nada menos que a unos 2.500 kilómetros de distancia. «En total vimos a once osos, y allí la gente está acostumbrada, y ellos mismos también, porque se paraban para que les vieran y les hicieran fotos, o para darles algo de comer», cuenta Joserra a este periódico, regresando de viaje ya a casa. Conscientes de que podía darse esa situación, iban preparados con un spray para ahuyentarlos. «Fue la primera vez que yo vi un oso así en libertad, y no tuvimos sensación de peligro, pero verlo ahí ante ti, con su tamaño, la verdad es que impresiona mucho», reconoce.
En el vídeo se puede ver como en los primeros minutos de este peculiar encuentro reinó un poco el desconcierto entre estos cuatro amigos. «Igual es mejor que vayamos montados», se escuchaba decir. «A ver si nos va a joder el puto oso, que no tenemos ninguna prisa. Si no se le tira la bici encima», declaraba otro bromeando, junto antes de que otra voz reclamara al grupo detenerse, al comprobar que el animal empezaba a moverse al otro lado de la carretera. «¡Para atrás no!», gritaba después.
Un coche como escudo
Justo en ese momento apareció por detrás de ellos un coche, al que recomendaron aminorar la velocidad y separarse un poco del animal. Desde dentro del vehículo se pudo ver como alguien aprovechó para inmortalizar con el teléfono móvil el momento. Estos cuatro amigos se montaron de nuevo en sus bicicletas y emprendieron la marcha, aprovechando que el coche les hacía en cierta manera de escudo. Una anécdota que este grupo de amantes del ciclismo, que ya ha realizado rutas por otros países como República Checa, Eslovenia, Eslovaquia o Hungría, recordará siempre.
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