Miguel Zugaza, Lara Izagirre y Xabier Paya en un momento de la conversación. Mireya López

«Hay algo a lo que solo podemos llegar las personas, y la IA no»

La diócesis de Bilbao presenta su memoria cultural con una mesa redonda sobre cómo preservar lo humano, el alma, en pleno vértigo tecnológico: «Cada vez tendrá más valor la autenticidad»

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 17:46

La diócesis de Bilbao está celebrando su 75 aniversario, pero la 'Memoria cultural' que han presentado esta mañana se remonta mucho más allá de aquellos ... inicios en 1950 –alcanza hasta la lápida funeraria de Morga, del siglo IV, que es el testimonio más antiguo de fe cristiana en el territorio– y también aspira a rebasar el que podría parecer su límite lógico, el presente, y aventurarse a tantear lo que podría deparar el futuro. Por eso el núcleo del acto celebrado en la sede de EITB, con el título 'Imágenes con alma: nuevos relatos culturales', ha sido una tertulia acerca de las tensiones que ahora mismo sacuden la creación. En tiempos críticos, cuando la Inteligencia Artificial parece abrir las puertas de una nueva civilización (y a la vez cerrar las puertas del mundo tal como lo conocemos), ¿cómo se puede preservar en la cultura todo eso que nos hace humanos y nos da sentido?

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Los participantes han sido el director del Museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza; la directora de cine y guionista Lara Izagirre y el director de Getxo Kultura, Xabier Paya, que ha puesto en marcha el debate con unos bertsos que combinaban la memoria y el ChatGPT, la aritmética y la ética. «No hay que enfrentarse a las novedades con temor, pero sí con precaución: hasta que no sepamos cómo utilizarlas, tenemos que ser prudentes», ha planteado Zugaza, que ha recordado las «facilidades extraordinarias» que brinda la tecnología a los museos para cumplir con su misión y ha recordado que «la renovación de los lenguajes» ya ha sucedido otras veces: «Para los pintores era desconcertante encontrarse con artistas capaces de animar las imágenes», ha dicho, evocando el impacto que supusieron la fotografía y el cine. El director del Bellas Artes se ha mostrado convencido de que «el arte es imbatible por el algoritmo» y ha alertado de un peligro: «El error será dejar, por ejemplo, de escribir, porque la escritura de la IA se basa en lo que nosotros escribimos. Simplifica y ordena la información que nosotros ponemos a su disposición. No hay que delegar el arte, no hay que dejar que el instrumento asuma la responsabilidad».

El obispo, junto a los participantes en el acto y las autoridades. Mireya López

El alma, ese huidizo concepto que nos sirve para nombrar lo más propiamente humano, ha reaparecido una y otra vez a lo largo de la conversación, y los propios protagonistas han destacado lo significativo que era estar manejando esa palabra en pleno 2025. «Los avances tecnológicos, la IA, han hecho que haya películas sin alma y se vean mucho. Veo películas que no tienen nada que conecte conmigo como persona», ha lamentado Lara Izagirre, que ha destacado la importancia que tiene para ella la posibilidad del error en la creación: «Me gusta el fallito, ver que son personas y asumen el riesgo. Es necesario tener valentía, porque creo que hay algo a lo que solo podemos llegar las personas. Luchamos por hacer ese cine que tiene que ver con el riesgo, con equivocarse, con meterse en lugares donde no tienes todas las respuestas. ¡Ahí está el alma!». La directora confiesa que jamás ha usado herramientas como ChatGPT: «Me doy cuenta de que vamos a contracorriente. Esto te ayuda a hacerlo todo más rápido y nos gusta trabajar lento. Para mí, lo importante es todo eso que ocurre en el hecho de hacer, la parte artesana. Yo le digo a mi equipo que son más listas que la IA, porque hasta cuando escribe un email se nota, se pierde algo». Eso sí, no ha ocultado cierta resignación: «¡Hasta yo tendré que hacerme amiga de ChatGPT y pasarle el guion que llevamos tres años escribiendo!».

Aliarse con el enemigo

Al encuentro, moderado por la periodista Idoia Jauregi y con el obispo, Joseba Segura, como anfitrión, han asistido autoridades como la presidenta de las Juntas, la diputada de Euskera y Cultura o el alcalde de Bilbao. De los tres contertulios, Xabier Paya era el más familiarizado con el uso de la IA («soy partidario de aliarme con el enemigo lo antes posible», ha ironizado) y ha aportado un enfoque positivo, aunque fuese con reservas: «Puede permitirnos centrarnos más en el alma, en la autenticidad, al encargarse de tareas complementarias que antes nos quitaban tanto tiempo. Cada vez va a tener más valor esa autenticidad, el encefalograma y el cardiograma. En música, nos llegan ofertas de conciertos con vídeos perfectos, en los que todo el mundo canta sin errores. La capacidad de posproducción es infinita, pero luego no es oro todo lo que reluce: hay gente que dedica más tiempo a esa posproducción que al ensayo, pero el público cada vez va a buscar más el compartir un momento único».

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Se trata de un equilibrio delicado que tenemos que aprender a mantener, y Zugaza lo ha resumido en un deseo: «¡Que no se lleve la memoria por delante! El mundo va tan rápido que a las propias personas se nos va a olvidar lo que hacíamos cuando no teníamos estos medios».

Joseba Segura saluda a Kepa Junkera, que asistió al acto. Mireya López

«La Iglesia ha caminado junto a la gente»

«La diócesis ha cumplido 75 años y a algunos les pueden parecer muchos, pero en realidad son muy poquitos en estas medidas que tiene el tiempo en la historia de la Iglesia», ha comentado el obispo de Bilbao en la presentación de la memoria cultural: «Hemos querido mostrar cómo la Iglesia ha caminado junto a la gente, con otros actores sociales, y subrayar la aportación específica que ha tenido la fe, esa manera de mirar al mundo con un horizonte largo». Joseba Segura ha desarrollado las «dos dimensiones complementarias» del documento: por un lado, el patrimonio material («las ermitas, los retablos, las obras de arte...») y por otro, el inmaterial. «Cada vez es más importante subrayar ese espíritu que anima nuestras tradiciones, con las romerías, las devociones, las fiestas... ¡Los calendarios están tan conformados por la historia del cristianismo! Ese patrimonio ha llegado a nosotros de generación en generación a través de corazones y de almas». «¿La Iglesia de Bizkaia qué hace hoy? Trabajar por conservar, por estudiar y también por difundir este legado, conscientes de que cuidar la memoria no es solo cuidar lo que hemos sido, sino también lo que somos hoy y lo que vamos a seguir siendo», ha reflexionado el obispo, que se ha referido a los vínculos de la comunidad como «la fuente de felicidad mayor a la que podemos aspirar». Ha hecho hincapié, además, en el compromiso de la Iglesia vizcaína con el euskera y ha pronosticado para la sociedad «profundos cambios que intentaremos afrontar desde nuestra tradición de acompañamiento».

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