Las sobras de la cocina, a la huerta

La cocina es una fuente inagotable de recursos para el huerto, y así se ha entendido siempre y en todas las culturas desde que dejamos de ser solo depredadores y empezamos a cultivar la tierra. La inmensa mayoría de los desperdicios que acaban en el cubo de la basura, o en el contenedor marrón en el momento en que comienza a extenderse la ética del reciclaje, tienen una aplicación casi inmediata en la agricultura. Y por tanto también en cualquier huerto lúdico, que es de lo que aquí se trata. Es la manera perfecta de cerrar el círculo: de la huerta a la mesa y de la mesa a la huerta.

Cáscaras de fruta, peladuras de patata, restos de verduras, pero también huesos e incluso despojos de pescados y carnes constituyen un abono perfecto, previamente sometidos al compostaje. Este proceso tiene una pequeña pega, y es que no todos contamos con las condiciones adecuadas para llevarlo a cabo. Requiere algo de espacio, aunque no demasiado, y sobre todo puede generar olores u otras pequeñas incomodidades -el problema es que igual al vecino de arriba no le parecen tan pequeñas- que hacen que el balcón de un piso no sea el escenario más propicio para instalar una compostadora.

La buena noticia es que para utilizar algunos de estos desechos no es necesario compostarlos, precisan un tratamiento mínimo y pueden cumplir diversas funciones en nuestras macetas o mesas de cultivo. Sobre todo como fertilizante, pero también hay quien los emplea para ayudar a eliminar plagas o enfermedades. Aunque no sea más que porque una planta fuerte y sana, que es lo que conseguimos al abonarla, resiste mejor los ataques de hongos, insectos y otros enemigos. Ahí van algunas ideas para dar una segunda vida a tus residuos.

Esta es solo una pequeña muestra de trucos caseros para reciclar en la huerta, pero hay muchísimos más. Con ceniza de madera, con ramas y tallos de tomate Al final se trata de buscar y experimentar. Tus plantas te lo agradecerán, o al menos te servirá de coartada para ahorrarte de vez en cuando el engorro de sacar la basura.