Cafés con un recargo de hasta el 50%, reservas y tiempo limitado en las terrazas de Bilbao
Numerosos hosteleros bilbaínos encarecen las consumiciones un 10% si se toman en las codiciadas terrazas, donde limitan la estancia a 30 minutos para favorecer la rotación
Las últimas restricciones del Gobierno vasco han restringido de forma notable la actividad en el interior de bares y restaurantes y convertido a las terrazas ... en «oro puro» para los hosteleros, aunque también han sumido a los clientes en un gran desconcierto. Según donde uno caiga, el precio de un cortado puede dispararse hasta un 50% y pasar de 1,70 a 2,50 euros por el hecho de tomarlo en la calle en vez de en la barra. El establecimiento de un tiempo límite en los veladores ha obligado también a los clientes a consumir a toda prisa y, lo que más fastidia a mucha gente, a pasar de largo de su bar favorito al estar reservadas las mesas, aunque se pasen buena parte del día muertas de risa a la espera de ser ocupadas.
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¿Qué extras pueden cobrar los bares y restaurantes?
El empuje de la cuarta ola de la pandemia ha conducido a la hostelería a cambiar las reglas a fin de explorar nuevas vías de ingresos para sorpresa del público. El sector defiende que trabaja con normas que «siempre han existido» y que se ajustan «en todo momento a la legalidad», explicó ayer a este periódico Héctor Sánchez. «No es algo que se hayan sacado de la noche a la mañana. Es perfectamente válido, siempre que se informe al público y que las normativas queden a la vista de todo el mundo», afirma el gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB).
Por ejemplo, bares de la Plaza Nueva y de algunas de las zonas más calientes del centro de Bilbao, como Ledesma, fijan la estancia máxima en las terrazas entre 20 y 30 minutos. Con esta medida, pretenden favorecer «la rotación» y que el mayor número de gente posible disfrute de ellas. Es algo por lo que apostaron un buen número de negocios tras la reapertura que siguió en junio del pasado año al fin del primer confinamiento.
LAS FRASES
Héctor Sánchez | Gerente de Hostelería de Bizkaia
«El recargo en las terrazas ha existido siempre. El servicio supone un sobrecoste al hostelero»
Luis Ángel Rodríguez | Dueño de Moma y Shock
«Conmigo ocupa la mesa el primero que llega. En estos tiempos hay que mejorar la atención»
Aunque se resisten a confesarlo en público, algunos hosteleros reconocen maniobrar de esta manera para evitar que pueda haber clientes que se pasen «hasta dos horas» con un café con leche o un botellín de agua en la mesa. «Hay que entender la situación actual. Es una cuestión de pura supervivencia. Los profesionales lo están pasando muy mal económicamente», admite Sánchez.
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Otras veces los clientes se ven conminados a abonar un recargo del 10% si optan por consumir en el exterior, única alternativa a media mañana y a lo largo de la tarde después de que el Gobierno vasco haya limitado el consumo en interiores de 6.30 horas a 9.30 y desde las 13.00 a las 16.30 horas. «El recargo en las terrazas ha existido siempre y tiene su razón de ser por el sobrecoste que este servicio le supone al empresario. No es lo mismo atender en barra que tener que contratar a un camarero para servir fuera», detalla.
«Injusto el mismo precio»
José Miguel Santamaría, propietario de la histórica cafetería Scala de la calle Ercilla, juzga «injusto» cobrar lo mismo a un cliente que se toma «un café en cinco minutos que a otro que se tira media hora». «Es mi opción. A veces hay gente que se sienta en una mesa con la amiga, la hija, el marido o la madre y se tira más de 30 minutos; eso vale dinero. Y luego no hay que olvidar que el Ayuntamiento me cobra por la terraza tres mil y pico euros al año, que no es ninguna bobada», esgrime.
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Frente a estas diferencias de precios, Luis Ángel Rodríguez, dueño de la discoteca Moma y del Shock de Alameda Urquijo, aboga por la unificación de tarifas y la «eliminación» de recargos. «Aquí no hay reservas ni ningún extra. Funcionamos con normalidad. Ocupa la mesa el primero que llega. En estos tiempos tan complicados hay que mejorar la atención».
«No sé si es legal lo que hago, pero los precios están expuestos»
El Scala de Ercilla pasa por servir uno de los mejores cafés de Bilbao. Cuenta su dueño que es una de las ventajas de cargar con una historia de «casi medio siglo». Por eso, José Miguel Santamaría mantiene las normas de «siempre y el café que en barra sale por 1,70 euros lo cobro a 2,50 en la terraza. No sé si lo que estoy haciendo es legal. A lo mejor debería cobrar a todo el mundo lo mismo, pero los precios están expuestos ahí», explica, mientras compara su caso con San Mamés. «En La Catedral todo el mundo ve el mismo partido, pero el que está en la primera fila paga más que el que está situado en la última. ¡Pues esto es lo mismo! Tener un camarero para la terraza tiene un costo grande», zanja.
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