«Me dieron una lluvia de golpes en la cabeza con una escayola y un palo»
El joven que acabó en la UCI por una brutal paliza en una lonja de Sodupe arrastra graves secuelas. «Tengo un niño en casa», dice su madre en el juicio
Xabier M. pasó 26 días en coma por los golpes. Le tuvieron que hacer una traqueotomía, perdió piezas dentales y sufrió daños neuronales. A sus 26 años, ha tenido que empezar de cero, volver incluso a aprender a hablar. «Tengo otra vez un niño en casa. No quiere salir por la noche, tiene miedo». Entre otras secuelas, le ha quedado una parálisis en la mandíbula. «Se le cae la baba y no es consciente. Para él tiene que ser muy frustrante», lamentó ayer su madre entre lágrimas en el juicio que se sigue contra los cuatro procesados de intentar matarle y robarle dinero, el móvil y otras pertenencias la noche del 23 al 24 de julio de 2020 en Sodupe. La víctima y sus familiares testificaron detrás de un biombo para no ver ni ser reconocidos por los acusados. «Me querían matar. Me dieron una lluvia de golpes sin parar en la cabeza con una escayola y con un palo», relató. «Tiemblo por las noches, sueño con ellos».
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El joven conocía a los procesados de vista, de cruzarse con ellos por Sodupe, salvo a Alicia, con quien había mantenido relaciones sexuales en alguna ocasión. Aquella noche se encontraron en el bar Jauja. «Estaba pasadísimo e invité a la gente», recuerda. Llevaba un fajo de billetes en el bolsillo que le había cogido a su padre. Igor, el principal acusado e hijo de Alicia, «muy alterado y con un machete» mantuvo un primer enfrentamiento con otro chico en el local. Entonces, Xabier propuso a la mujer ir a «meternos y fumar unos porros» a la lonja de su familia, ubicada en la calle Urrestieta, en la que había un dormitorio y un aseo. La investigación de la Ertzaintza concluyó, sin embargo, que la procesada y los otros tres encausados querían en realidad robarle, y por eso ella le propuso un encuentro sexual.
Al de pocos minutos, «aporrearon la puerta» y cuando salió, desnudo, a abrir se encontró con los tres varones. «Te voy a matar, hijo de puta», le gritó el principal acusado porque pensaba que estaba intimando con su madre. El primero en golpearle fue Igor, pero, según él, también le pegó Lucas hasta que quedó inconsciente. Cuando despertó, estaba en el hospital de Cruces. En conversaciones de whatsapp entre la madre y el hijo acusados intervenidas la Policía autonómica, Igor llegó a decir: «He saltado en su cabeza más de veinte veces. Le pegué muchas patadas. Le arrastré debajo del coche y después seguí pateándole la cabeza».
Falta de control de impulsos
Ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia vizcaína, el joven, que luce tatuajes y vestía un pantalón vaquero roto, reconoció los hechos, aunque alegó que sufre «problemas de conducta desde niño, por la falta de control de impulsos». Madre e hijo se fundieron en un abrazo al encontrarse en el banquillo. Dejó los estudios a los 12 años y mezclaba los medicamentos con alcohol y drogas. Hasta la mayoría de edad, estuvo internado en centros de menores. «No tenía a mi familia encima», se justificó.
Por su parte, Lucas, que también se encuentra en prisión provisional tras ser localizado recientemente ya que permanecía en paradero desconocido, reconoció haber cogido a la víctima marihuana y el móvil, aunque no haberle pegado. El joven, con múltiples antecedentes, devolvió el teléfono robado al hermano de la víctima después de los hechos. La Fiscalía solicita para estos dos encausados once años y medio de prisión por los delitos de intento de homicidio y hurto.
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Eder, por su parte, que también estuvo implicado en el doble crimen de los ancianos en Otxarkoaga en 2018, sólo contestó a los abogados de la defensa para asegurar que «intentó separar» a Igor y a Xabier. Alicia, menuda y que llevaba el pelo rubio recogido en un moño, admitió que estuvo consumiendo «cocaína, speed y hachís» con su hijo y sus amigos, además de alcohol, aunque negó que mantuviera contactos sexuales con la víctima ni tampoco que se apoderara de una katana en la lonja como se le acusa. Según ella, el joven estaba desnudo «porque iba a darse una ducha».
El vecino que llamó a la Policía al despertarle los gritos en la calle, vio a una mujer rubia y a un joven entrar y salir varias veces de la lonja. Un ertzaina fuera de servicio localizó la cartera de la víctima arrojada a una finca de su propiedad y se la entregó a sus compañeros. Los primeros agentes de la comisaría de Balmaseda en llegar a la lonja encontraron a la víctima, inconsciente, ensangrentada, «con la cara deformada y la traquea desviada. Le costaba respirar». Los acusados eran «conocidos en el círculo policial» por su presunta participación en bandas, como The Ghetto Family o Amezola city, según el instructor. El juicio sigue este miércoles.
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