Los exresponsables de Epsilon se enfrentan a otra posible condena de 8 años
La Fiscalía acusa a Joan Villadelprat y a su asesor financiero de sendos delitos de apropiación indebida y solvencia punible. El 27 de junio volverán a sentarse en el banquillo
Alberto Ayala
Martes, 22 de marzo 2016, 00:54
Los antiguos responsables de Epsilon, el fallido sueño automovilístico del Gobierno del lehendakari Juan José Ibarretxe y del PNV de que Euskadi formara parte un día del gran circo de la Fórmula 1 con un monoplaza propio, tendrán que volver a sentarse en el banquillo de los acusados. Será el próximo 27 de junio, ante la Audiencia Provincial de Álava.
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La Fiscalía acusa a quien fuera administrador único y cabeza visible de la compañía, Joan Villadelprat, y a su director financiero, Mark Phillip Payne, de la presunta comisión de sendos delitos de apropiación indebida e insolvencia punible. Por ello, el fiscal Iosu Izaguirre reclama para cada uno de ellos ocho años de cárcel y 914.000 euros de multa en concepto de responsabilidad civil.
El Ministerio Público sostiene que cuando la compañía se encontraba ya al borde de la suspensión de pagos, Joan Villadelprat acordó con Phillip Payne «enajenar de manera fraudulenta» la división deportiva y de competición, que es la que había generado en los últimos años más del 80% de los ingresos a Epsilon. Para ello, los procesados crearon ex profeso una nueva sociedad, Epic Racing, a la que transfirieron material valorado en 1.100.000 euros por sólo 200.000. Una cantidad de la que, parece, no se llegó a abonar ni la mitad.
Para la acusación, el objetivo de esta maniobra era evitar que los numerosos acreedores de Epsilon pudieran acceder al material y venderlo para ver resarcidas, siquiera en parte, las cantidades que se les adeudaban. Los acusados niegan estas cifras, que han sido fijadas por auditores profesionales independientes.
Esta será la segunda ocasión en que la Justicia aborda el caso Epsilon, «una utopía empresarial soportada en ayudas públicas», en palabras de los peritos concursales que han examinado las cuentas.
Subvenciones
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El sueño peneuvista se tragó la friolera de casi 40 millones de euros. La mitad de esa cantidad son subvenciones que Sabin Etxea arrancó en su día al Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero a cambio del apoyo de los diputados jeltzales en el Congreso para evitar su caída.
El Ejecutivo vasco, por su parte, tuvo que sacar de sus arcas otros 16 millones de euros por culpa del aval encubierto que el gabinete de Ibarretxe concedió graciosamente a la firma. Lo hizo en contra del criterio de los juristas que asesoraban al Parque Tecnológica de Álava, donde se encuentra la empresa, en concreto del bufete propiedad de Mario Fernández.
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Joan Villadelprat -un catalán que estuvo durante muchos años vinculado a la Fórmula 1, donde llegó a ser jefe del equipo Benetton y a trabajar para Ferrari, y que ahora ejerce como comentarista del gran circo para un canal de televisión- ya fue condenado en 2013 a tres años de prisión y multa de 900.000 euros por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Vitoria por la quiebra culposa -fraudulenta- de Epsilon. La Audiencia Provincial de Álava, que ahora le juzgará por lo penal, ratificó la condena un año más tarde.
El PNV, a quien el Parlamento vasco tiró de las orejas por este asunto y por el fallido coche eléctrico Hiriko -cuyos responsables, que estos días declaran en el Palacio de Justicia de Vitoria, también serán juzgados-, jamás ha querido asumir responsabilidades por el doble fiasco. Todo un ejemplo de cómo despilfarrar decenas y decenas de millones de euros en tiempos de crisis.
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