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El ministro de Defensa, Pedro Morenés.

Morenés se abstiene en el proyecto estrella de Defensa para dejar vía libre a su exempresa

Rajoy acepta su petición de no participar en las deliberaciones sobre el diseño de las nuevas fragatas que costarán 174 millones de euros

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Viernes, 2 de octubre 2015, 02:03

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha pedido ser apartado de las deliberaciones del Consejo de Ministros sobre el proyecto estrella de su departamento para la próxima década, el diseño de la Fragata F-110, una adjudicación en la que el Gobierno tiene previsto gastarse hasta 2021 un total de 174.364.424 euros.

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La razón, según admiten fuentes conocedoras del proceso, es que la multinacional de armamento de la que Morenés fue director general para España desde junio de 2010 hasta ser nombrado ministro, la empresa paneuropea de misiles MBDA, tiene muchas posibilidades de entrar en este multimillonario negocio y no quiere que pueda ser impugnado.

Mariano Rajoy ha aceptado la petición de Morenés. En una decisión poco usual, de hecho, solo en diez ocasiones anteriores un presidente ha tomado la determinación de apartar a uno de sus ministros de las deliberaciones del Consejo. Rajoy ha firmado un decreto en el que dispone que Morenés sea sustituido por su colega de Hacienda en las deliberaciones sobre la «fase de definición» del proyecto. Será Cristóbal Montoro, por tanto, el que garantice que el Gobierno no favorece los intereses de la empresa que dirigió su compañero de gabinete.

El presidente del Gobierno apela a las causas de abstención previstas en el Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, entre las que figuran el interés personal -por amistad, enemistad o parentesco- o situaciones como haber trabajado como administrador de una sociedad que podría ser beneficiada. La resolución no menciona en ningún momento que ha sido el propio Morenés el que ha pedido ser apartado para no perjudicar a su antigua empresa, ni los motivos por los que el titular de Defensa podría no ser neutral en estas deliberaciones del Consejo de Ministros.

En cualquier caso, todo es una incógnita en este concurso multimillonario y, en realidad, jamás se sabrá con detalle si MBDA se hace con licitaciones y en qué condiciones. De hecho, es imposible recabar por vías oficiales qué empresas están compitiendo por entrar en el diseño de estas fragatas pues todo el proyecto y su licitación ha sido declarado de alto secreto por motivos de seguridad nacional y para minimizar riesgos de espionaje militar industrial. En la Plataforma de Contratación del Estado no hay un solo dato sobre los concursos ya convocados para el diseño de estos barcos.

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Cuentagotas

La información sobre estos trabajos en los que podría participar la empresa que Morenés dirigió en España se conoce con cuentagotas y casi nunca de forma oficial. El pasado julio, el Consejo de Ministros amplió los fondos para el diseño de la fragata hasta los 174 millones. Defensa estima que pasará una década desde la concepción del barco hasta que el primero de estos navíos esté en el mar.

Según informó en su día el diario 'El País', esos 174 millones se repartirán en trece programas tecnológicos diferentes, agrupados en tres grandes bloques: electrónica y sistema de combate, sistemas de autodefensa, y estudio de viabilidad. Aunque habrá muchos subcontratistas, el liderazgo corresponderá a Navantia, Indra y Sener. La parte más importante del proyecto será el primer bloque, con un coste de más de 130 millones, cuyo contratista principal será una unión temporal de empresas entre Indra, responsable de diseñar el mástil integrado, y Navantia Sistemas, siempre de acuerdo con ese diario.

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Morenés, que fue tres veces miembro del Gobierno de Aznar entre 1996 y 2000, se labró un nombre en la industria militar como secretario de Estado de Defensa. Tras su salida del Gobierno en 2004, su trampolín como hombre de negocios llegó a través del Círculo de Empresarios, del que era secretario general desde marzo de 2005. De ahí, dio el salto a Instalaza, una empresa armamentística conocido por la fabricación de bombas de racimo, donde fue consejero entre agosto de 2005 y mayo de 2007, poco antes de que el Gobierno de Zapatero aprobara la prohibición de su venta. Pese a cesar como consejero mantuvo el cargo de representante hasta un par de meses antes de que fuera nombrado ministro. También hasta ser designado titular de Defensa ostentaba la dirección en otras tres empresas de fabricación de armas, rifles, asesoría fiscal y tecnología de seguridad, y era consejero de otras cinco compañías, dos de ellas relacionadas con la industria militar.

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