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Manifestación vecinal esta semana contra el Ayuntamiento de Galdakao, liderado por Bildu, una protesta que apoyó el PNV. Alba Peláez

PNV y EH Bildu encienden la pugna electoral en Galdakao y Durango

Multiplican las promesas y los choques en dos feudos estratégicos en su lucha por el poder municipal en Bizkaia

Domingo, 19 de febrero 2023, 13:45

El pasado miércoles el PNV dio un vuelco a la posición sobre el proyecto de la Línea 5 de metro que venía defendiendo durante años ... y abrió la puerta a extender el trazado desde Galdakao hasta el centro de Usansolo. No hay un proyecto que interese más en la zona. Casi a la misma hora, el Ayuntamiento de Durango, gobernado por EH Bildu, ponía fecha a la esperadísima última fase del anillo de circunvalación que evitará que los coches atraviesen el centro urbano. El final de la obra lleva diez años pendiente y se proyecta para 2024.

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Los dos anuncios, con un indisimulado aroma electoral, llegan la semana en la que se ha activado definitivamente la cuenta atrás hacia las urnas. Quedan exactamente 98 días para el 28-M y los partidos empiezan a arrancar los motores de la precampaña, aunque la pugna que mantienen PNV y EH Bildu en Galdakao y Durango se desarrolla ya a la máxima intensidad. Los choques y las promesas se han multiplicado en torno a casi todo: demandas vecinales, proyectos urbanísticos...

Galdakao y Durango son feudos estratégicos en la lucha de ambas formaciones por el poder municipal en Bizkaia. La coalición independentista arrebató en 2019 ambos ayuntamientos a los nacionalistas tras 40 años de hegemonía. Mantener las alcaldías es ahora una prioridad máxima y recuperarlas, también. ¿Por qué tanto interés? Va más allá de los términos municipales en cuestión.

En los comicios de 2019

Los independentistas asumieron ambas alcaldías tras 40 años de hegemonía jeltzale

El PNV aspira a restablecer el 'statu quo', rebajar lo ocurrido esta legislatura en ambas localidades a la categoría de «accidente» y cortar de raíz cualquier atisbo de 'sorpasso' en la gestión local. 73 de los 112 municipios vizcaínos están ahora mismo en su poder. Enfrente, EH Bildu intenta medrar en Bizkaia, un territorio que se le resiste electoralmente. Es una alternativa real en las comarcas de Lea Artibai, Busturialdea y Arratia, pero poco más. Durango y Galdakao son los consistorios más grandes en su poder, y los estrategas de la coalición soberanista creen que retener el poder y 'vender' su gestión puede abrirles las puertas para competir en el futuro en el Gran Bilbao y la Margen Izquierda, los grandes graneros de votos del territorio.

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El pulso se ha ido haciendo más visible durante el último año, y va a más. La pandemia ha orillado la confrontación política durante la mayor parte de la legislatura, sofocando la agresiva oposición que prometía el PNV a los bisoños alcaldes de Bildu, que asumieron la makila sin experiencia política previa, pero ya no hay quien la pare y está provocando situaciones dispares de un tiempo a esta parte.

Incendio vecinal inesperado

Uno de los giros de guion más sorprendentes es el que protagonizaron los jeltzales el pasado otoño, cuando facilitaron la segregación de Usansolo desde la Diputación y las Juntas Generales tras una década de bloqueo en el Ayuntamiento de Galdakao. No hace tanto que sus representantes locales se mostraban contrarios a generar «falsas esperanzas» en un proceso que no cumple la legislación nacional. Las trabas a la escisión y el retraso de la Línea 5 fueron las dos grandes cuestiones que agitaron el voto de castigo y dieron la alcaldía a Iñigo Hernando, candidato de EH Bildu, hace cuatro años. Ambas han sido desastascadas por las instituciones que lideran los nacionalistas durante los últimos meses.

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Más que los consistorios

El PNV quiere sofocar cualquier atisbo de 'sorpasso'; Bildu crecer en los grandes municipios

Más reciente es la polémica en torno al patrimonio local en Galdakao. Un incendio que la coalición soberanista no vio venir a las puertas de las elecciones. El equipo de Gobierno decidió en enero definir un catálogo de inmuebles -que complica los trámites para cualquier obra de reforma en las fachadas-, pero lo que consiguió fue provocar un considerable malestar entre los vecinos del barrio de Olabarrieta por la «falta de información». El miércoles se manifestaron, apoyados por el PNV (y el PSE), y han conseguido que el alcalde paralice el proyecto. Los jeltzales también azuzaron el pasado septiembre otra 'revuelta' por los ruidos que provocaban las txosnas en las fiestas patronales. Como cada voto cuenta, en aquella época el alcalde anunció la construcción del mayor parque fotovoltaico de Bizkaia en terrenos municipales cuando no existe ni proyecto.

En Durango el mayor y más reciente encontronazo tiene su origen en los planes para aprovechar el terreno ganado en el centro tras el soterramiento de la estación de Euskotren. Antes de la pandemia la plataforma Herriaren Eskubidea-Podemos, que hizo alcaldesa a Ima Garrastatxu en 2019 y cogobierna con EH Bildu, propuso la construcción de un hospital. La idea no prosperó, pero ahora es el proyecto estrella del PNV en su intento por recuperar el consistorio.

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La polémica del hospital

Ahí han aparecido curvas y bronca. Primero Osakidetza advirtió al PNV local que no entraba en sus planes una obra así. La que se quejó fue la alcaldesa, que acusó al Departamento de Salud de «falta de compromiso y diálogo». A los pocos días la consejera Gotzone Sagardui desdijo a su equipo matizando que Durango podría acoger un «centro de alta resolución». Esto es, un hospital sin hospitalizaciones. En plena marejada, Itxaso Atutxa, presidenta del Bizkai buru batzar, acusó la semana pasada a Ima Garrastatxu de buscar «los réditos electorales de confrontar con el Gobierno vasco» por reclamar el centro sanitario «cuando su partido dice lo contrario».

La regidora también se encuentra inmersa en otro embate, el que mantiene con una asociación de vecinos del centro que le reclama un plan antirruidos. Una demanda que comparten y amplifican los nacionalistas. A cambio acaba de inaugurar el frontón Ezkurdi Jai Alai tras una profunda remodelación. El viernes los jeltzales contratacaron anunciando una residencia en Abadiño, al lado de Durango, que se inaugurará... en 2027. Para el futuro cercano la alcaldesa de EH Bildu desearía desarrollar el espacio ganado en el centro tras cubrirse el trazado ferroviario que partía la localidad. Existen ideas muy concretas, pero requieren que la parcela sea cedida antes por el Gobierno vasco. Esto es, por el PNV.

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Otra media docena de Ayuntamientos con pronóstico incierto

La batalla entre nacionalistas y soberanistas el 28-M se extenderá al menos a media docena de ayuntamientos vizcaínos más. Se trata de consistorios con un pronóstico incierto, ateniéndose a los resultados de 2019, por lo que habrá que contar los votos concienzudamente y no perder de vista posibles candidaturas alternativas que puedan decantar la balanza hacia uno u otro lado. Es el caso, por ejemplo, de Arrigorriaga, donde gobierna Bildu, o Sopela, en manos del PNV. Hace cuatro años ambas formaciones empataron a escaños en Elorrio y se quedaron muy cerca en Plen-tzia. Les separa un edil en Ondarroa, igual que en Abadiño, donde el mapa se reconfigura con la desaparición de los independientes. Bildu también pone el foco en Gernika, donde el icónico alcalde José Mari Gorroño se ha desvinculado del PNV.

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