Un estudio desvela que los pisos vacíos en Bilbao han aumentado un 16% desde el inicio de la pandemia

Las crisis sanitaria y económica desatadas por el coronavirus han provocado varios cambios normativos que, entre otras cosas, han hecho que los desahucios queden suspendidos mientras dure el estado de alarma o que los alquileres se puedan prorrogar de manera automática. «Estas medidas han generado miedo entre los propietarios, que no saben si se van a tener que enfrentar a inquilinos morosos», asegura Igor Godoy, gerente de Arrendamiento 10.

La situación económica derivada, asimismo, de la crisis del covid-19 y el aumento del desempleo son otras de las causas para que muchos propietarios decidan no poner sus viviendas en alquiler. «Los posibles inquilinos, si están en paro, no presentan garantías de solvencia, con lo que el propietario opta por seguir buscando o, simplemente, por esperar a que vengan tiempos mejores», sostiene Godoy, que recuerda que «el 90% de los pisos en alquiler de Euskadi son de pequeños propietarios, pensionistas, familias o autónomos que complementan sus ingresos con el alquiler; nada que ver con grandes propietarios».

Además, la rentabilidad «ha caído en picado» en la ciudad. Bilbao, según un estudio del portal inmobiliario pisos.com, ocupa el segundo lugar por la cola en el ranking de rendimiento inversor del alquiler de las principales capitales españolas, un 4,13%, «cuando en la villa hemos tenido medias del 6%», según matiza Godoy.

Estas circunstancias, unidas al esfuerzo económico que supone rehabilitar una vivienda en desuso, lleva cada vez a más propietarios a preferir tenerla vacía. Y todo ello, a pesar de que la demanda para vivir de alquiler sigue al alza, tal y como constatan desde Arrendamiento 10.