Una vecina muestra el interior de unos de los ancensores vandalizados a los que les han arrancado y quemado los botones. I. M.

«A la entrada y dentro de los ascensores hay heces esparcidas, es asqueroso»

Vecinos de Aperribai, en Galdakao, denuncian desde hace meses actos vandálicos en los ascensores del barrio que dificultan su uso

Irene Madrera

Galdakao

Jueves, 18 de abril 2024

Una buena parte de los vecinos de Aperribai, en Galdakao, se sienten «abandonados». Así lo expresan los habitantes con los que uno se cruza al ... recorrer las empinadas calles del barrio. Una de ellas, Maricarmen Corbeira, está «decepcionada con la falta de atención por parte del Ayuntamiento y la Policía Municipal». El motivo viene por «la falta de respuesta» ante una reciente oleada de vandalismo a los ascensores de la zona: roturas, botones quemados y presencia de heces, entre otros despropósitos.

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Desde hace meses, los residentes han detectado diferentes averías provocadas en los tres elevadores que conectan Aperribai. Esta circunstancia impide que los ciudadanos puedan usar con normalidad este servicio en un lugar donde la pendiente es un obstáculo. «Muchos vecinos somos gente mayor y/o con enfermedades. Algunos tienen que ayudarse de bastones porque no caminan bien», cuenta Celia Rangel, residente en la parte media-alta de la zona.

Uno de los paneles arrancados de los elevadores. I. M.

Los dos primeros elevadores, que entraron en funcionamiento en 2020, realizan tres paradas: en el Centro de Salud de Aperribai, en el paseo que se ubica a mitad de la ladera y en el vial que comunica con el frontón. El tercero, dando servicio desde 2022, conecta con la parte alta del barrio. En total, los tres han costado a las arcas municipales unos 3 millones de euros, según fuentes del Consistorio.

Los principales desperfectos que sufren son roturas de paneles y distintas partes de la maquinaria, botones quemados y arrancados, apoyabrazos sueltos y retirados del anclaje, cables pelados, basura y lo más «desagradable»: presencia de heces. «Ya van varias veces que a la entrada y dentro de los ascensores hay restos fecales esparcidos, es asqueroso», apunta Rafael Branderi, otro de los vecinos.

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Una vecina muestra los restos de heces a la entrada de uno de los ascensores. I. M.

Hasta tal punto han llegado los destrozos, que uno de los elevadores no puede prestar el servicio correctamente. «Le han arrancado los botones exteriores y lo hace inservible para bajar porque no puedes llamarlo desde arriba para cogerlo», expone Luis Albeilleira, miembro de la Asociación de Vecinos de Aperribai, y remarca: «Llevamos así 3 meses».

A esto se suma «la falta de acción de la policía y el Ayuntamiento», según Albeilleira y los vecinos. Afirma que «se le ha notificado a estas instituciones cada vez hemos detectado destrozos». Además, reitera que hay cámaras repartidas por la zona y que «si se revisaran se podría ver quién lo hace».

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El botón de llamada arrancado con los cables al aire bajo una de las cámaras que hay en los ascensores. I. M.

Estepan Goiaga, jefe de la Policía Municipal de Galdakao, asegura que hay una investigación en curso. «Comprobamos las cámaras cada vez que nos llaman, pero es difícil identificar quién o quiénes lo hacen, lleva tiempo averiguarlo», subraya Goiaga. Explica, también, que «no todos los desperfectos son causados por vándalos, sino por el uso».

Desde el Ayuntamiento sienten que haya una sensación de abandono porque «nos importa lo que piensan los vecinos», recalcan, y añaden: «estamos al tanto de lo que sucede y cuando hay una avería lo solucionamos lo más rápido posible, sabemos que es esencial para ellos». «A veces hay piezas que hay que pedir y por eso tardan más, pero eso no depende de nosotros», manifiestan desde la institución.

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