El colectivo GBGE, impulsado por Saiz, ayuda a más de cuatrocientos vecinos de Galdakao mensualmente.PANKRA NIETO
El chef vizcaíno de las neveras más solidarias
Los Formidables de Bizkaia ·
Además de luchar contra el despilfarro de comida, el galdakoztarra Álvaro Saiz ha impulsado un banco de alimentos local, acoge a refugiados en su hogar, impulsa proyectos de voluntariado en Mongolia... «La solidaridad no entiende de límites ni de fronteras», defiende
CRISTINA RAPOSO
Galdakao
Lunes, 13 de enero 2020, 01:34
Localizar a Álvaro Saiz puede ser todo un reto, y más desde hace nueve años, cuando este galdakoztarra de 40 años entregó gran parte de su vida a los más necesitados. Pese a ello, es posible encontrarle en una antigua casa en el barrio de Zuazo, una vivienda de acogida que gestiona desde hace apenas un año junto a su mujer, Ainhoa. Ellos no viven allí, pero sí cuatro adultos y un niño que no hace mucho tiempo tuvieron que dejar sus vidas atrás. Acoger en su hogar a familias y personas migrantes ha sido su objetivo desde 2017, año en el que abandonó el campamento de refugiados de Idomeni en Grecia. Ahora, el sueño se ha cumplido y espera poder compartirlo con más voluntarios que se sumen a su causa.
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- Cuando conoces a personas que necesitan ayuda humanitaria porque se ven obligados a huir de sus hogares te cambia la vida. Podría pasarle a cualquiera. A mí me gusta dar, la solidaridad no entiende de límites ni fronteras.
Y también aporta en su municipio. Impulsor de las Neveras Solidarias, con una red a nivel estatal que supera la veintena de frigoríficos para intercambiar alimentos, ese altruismo innato es lo que ha convertido su historia en algo formidable. En 2010, cuando Álvaro emprendió su primera aventura a Mongolia, nunca pensó que su vida daría un vuelco. Trabajaba en la DYA y ese parecía ser su futuro. Las complicaciones que surgieron en el camino mientras se dirigía al país asiático, conduciendo una ambulancia para una ONG local, lo cambiaron todo. Y el viaje, de un mes inicialmente, se extendió más de 90 días. «En Uzbekistan nos confundieron a mi compañero y a mí con dos terroristas y estuvimos retenidos más de 20 días», recuerda mientras fija su mirada en el café aún caliente.
Álvaro viajó en 2012 en ambulancia a Mongolia, donde entregó material para ayudar a la población local. En 2015, presentó la primera Nevera Solidaria, en la calle Zabalea de Galdakao.
Anne Lagerqvist y Luis Tejido
Su destino final se encontraba a más de 3.000 kilómetros de distancia, lo que significaba algo más de ocho días de trayecto por las solitarias carreteras del país. Entonces ocurrió algo que Saiz nunca olvidará. «En la frontera de Rusia con Mongolia el motor de la ambulancia dejó de funcionar y nuestra aventura se extendió 15 días más. Unos ingleses nos vieron y abandonaron su viaje de escalada por nosotros. Ahora somos como hermanos, incluso tienen una vaca que se llama Álvaro», bromea entre risas.
Cuando por fin llegó a la capital, Ulan Bator, ya habían pasado tres meses.«Supe que mi aventura no había terminado en Mongolia cuando conocí a dos niñas que padecían osteogénesis imperfecta o, lo que es lo mismo, huesos de cristal» , asegura. La ONG de Durango La Otra Mirada supo del paradero de Saiz y, sin más dilación, contactó con él. «Querían llevar a cabo un proyecto y yo decidí que estaría dirigido a esa patología que, hasta ese momento, se cobraba la vida de decenas de adolescentes», rememora emocionado. «Ahora echo la vista atrás y sé que todo mereció la pena. Hemos podido construir una residencia para evitar que menores diversofuncionales tengan que recorrer largas distancias para asistir al colegio», explica.
Asociación GBGE
Tras aquella experiencia, el galdakoztarra volvió a casa. Pero todo era diferente. Su labor también se necesitaba en su pueblo. Y así nació en 2012 Galdakaoko Boluntarioen Gizarte Elkartea (GBGE), un colectivo que funciona como un banco de alimentos y que provee mensualmente a más de 400 personas. «Mi actuación en el extranjero se podría decir que caló en el municipio. Al volver vi la necesidad y puse en marcha la asociación para ayudar y repartir alimentos entre las familias en riesgo de exclusión social», cuenta. Aquello para Álvaro no fue suficiente. Debía haber otro modo para recuperar alimentos y no paró hasta dar con el plan que más tarde bautizaría como Nevera Solidaria.
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«Los supermercados u otro colectivos no donan alimentos porque si algo ocurriese sería su responsabilidad. Al darme cuenta, supe que tenía que hacer algo, pero no sabía cómo. Tras mucho investigar, me di cuenta de que podíamos instalar contenedores limpios y refrigerados, es decir, neveras. De ese modo, en lugar de donar alimentos los abandonaríamos y además, encajaría dentro del marco legal», apunta el cooperante. Su idea, que se desarrolló en 2015, pronto ganó adeptos y, sobre todo, agradecimientos. «Una vez encontramos una nota dentro de una nevera para darnos las gracias por lo rica que estaba la comida», cuenta orgulloso mientras mira a su compañera. Y no es para menos. Gracias a él y a su equipo, compuesto por 164 voluntarios, este programa reparte más de 6.000 kilos de alimentos al mes y ayuda a cerca de 130 familias de Galdakao.
Acabar con la confusión en torno a la fecha de consumo preferente de los alimentos es otro de sus retos y el motivo por el que impulsó en 2016 la iniciativa Disco Zopa. «Este evento se realiza para concienciar a la población sobre la problemática del despilfarro de alimentos que, por motivos de apariencia o fecha de consumo preferente cercana, nunca llegan a ser comercializados siendo su destino final los contenedores de basura», lamenta. Su labor solidaria no termina ahí. Desde ese mismo año, y un día antes de Navidad, Álvaro se encarga de llevar la ilusión a decenas de hogares de Galdakao. ¿Cómo? Con la recogida de juguetes que lidera junto al parque comercial Bilbondo de Basauri. Asimismo, impulsa un mercado medieval con el mismo fin: colaborar con quien más lo necesita.
«Hay mucha gente detrás de todos los proyectos, nada hubiera sido posible sin su ayuda. Nosotros somos un puente entre los problemas que hay y las soluciones que se les pueden dar. Mucha gente nos dice que logramos llevar a cabo todos nuestros proyectos cueste lo que cueste. Y, realmente, es una de las partes más satisfactorias de esta labor, ver que las cosas tienen un buen final», celebra.
Son muchas las iniciativas que tiene entre manos y este próximo año se sumará otra más a la lista: la recuperación de excedentes de alimentos de cocinas centrales y comedores colectivos. Un plan que espera arranque este mes de enero. Ello tampoco impedirá que el galdakoztarra continúe emprendiendo nuevas aventuras aunque, eso sí, esta vez tendrá compañía. «Quiero seguir viajando y conociendo nuevos lugares, acompañado de Ainhoa y, por supuesto, con un fin solidario. Sería absurdo no aprovechar nuestra experiencia», confiesa.
Galdakaoko Boluntarioen Gizarte Elkartea
Contacto
635 750 581
Objetivo
Ayudar a familias necesitadas de Galdakao y luchar contra el despilfarro de alimentos.
Dónde está
Calle Txomin Egileor, número 48, Galdakao
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