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Jon Ojanguren coordina el grupo de Protección Civil de Bermeo desde hace más de cuatro décadas. MAIKA SALGUERO

Un bermeotarra que vela por la seguridad de su pueblo

Los Formidables de Bizkaia ·

Jon Ojanguren coordina el grupo de Protección Civil de Bermeo desde hace más de cuatro décadas. «Atendemos a las emergencias sea la hora que sea», advierte

IRATXE ASTUI

Lunes, 6 de enero 2020

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Su edad -68 años- delata que está jubilado, pero Jon Ojanguren, coordinador general del grupo de Protección Civil de Bermeo, no descansa un momento en su empeño por salvaguardar, junto con sus fieles compañeros de faena, la seguridad de un pueblo al que en más de una ocasión han sacudido con saña los temporales marítimos y los incendios. Hace más de cuatro décadas, el Ayuntamiento de la villa marinera requirió de su ayuda para crear en el municipio una brigada «fuerte» de voluntarios, a fin de contener y hacer frente, al menos en primera instancia, las posibles situaciones de emergencia que surgieran en el municipio. Jon no dudó en embarcarse en la aventura.

«Por aquel entonces participaba también en la creación de Protección Civil del Gobierno vasco y en el del grupo de rescate de la Ertzaintza», recuerda. Además, también puso en marcha la base de la Cruz Roja de Bermeo, que supuso, entre otros beneficios, «el servicio de una ambulancia porque hasta entonces funcionaba un vehículo a modo de taxi».

La labor de constituir la organización de voluntarios de Protección Civil en Bermeo, por otra parte, se haría «al estilo de los grupos que operan en Europa, «pero de los países que se encuentran por encima de los Pirineos; es decir con bomberos voluntarios, sin que esto signifique que haya que prescindir de los profesionales, ni mucho menos», aclara este bermeotarra. Si por algo se caracteriza Ojanguren es precisamente por su insistencia, que no cabezonería para que «las cosas se hagan como es debido para que el trabajo resulte eficiente», matiza.

El grupo echó a andar por primera vez en 1991 con alrededor de 40 bermeanos dispuestos a echar una mano. «Formamos grupos de rescate, telecomunicaciones, submarinismo… y elaboramos informes de fachadas, balcones, carreteras, ríos, caminos, instalaciones eléctricas, equipamiento portuario e instalaciones eléctricas del pueblo, entre otros asuntos como el Plan de Emergencia», enumera. «Luego cada departamento municipal se encargaría de tomar las medidas para aplicar las mejoras o soluciones pertinentes para las irregularidades detectadas».

'Mendigando'

Ojanguren recuerda a aquel grupo de hombres y mujeres, que supuso el origen de Babes Zibila de Bermeo, como «el más humano y concienciado con la idea de lo que supone ser voluntario de una agrupación de estas características», subraya. «Pero todavía hay gente que cree que cobramos por esto y que la ayuda que prestamos es nuestro deber», lamenta, por otra parte.

La andadura del Protección Civil comenzó «mendigando, como casi siempre», admite, resignado. «pero pidiendo, pidiendo conseguimos nuestro primer camión de bomberos, de Repsol y un vehículo todoterreno de Telefónica», rememora.

En la actualidad, la organización cuenta con una plantilla de voluntarios formada por una quincena de personas «de los que una media docena funcionan de manera más activa para dar respuesta rápida a las emergencias», asegura. Además, cuenta con dos vehículos 'todoterreno' cedidos, uno de ellos por la Diputación y otro por la Ertzaintza, así como un camión de bomberos forestal, de Repsol, y otro vehículo cisterna.

Los temporales de viento que han sacudido Euskadi en los últimos días han supuesto un quebradero de cabeza para todos ellos. La primera oleada de las fuertes rachas que se dejaron notar con ganas en la costa le pillaron a Ojanguren disfrutando de unos días de descanso, aunque 'enchufado' al teléfono móvil en todo momento. «Atendemos a las emergencias sea la hora que sea. Mi mujer ya lo da por perdido, así que siempre me retiro a un sitio tranquilo para no molestarla con las llamadas», descubre.

Su labor como miembro e impulsor de Babes Zibila de Bermeo le ha costado «discrepancias con los políticos que deberían mostrarse más comprometidos y trabajar más con el foco puesto en las necesidades en materia de emergencia que presentan municipios como Bermeo», reprocha. Ojanguren vela también por sus compañeros del grupo. «Soy muy quisquilloso con las actuaciones y no concebiría que le ocurriera algo a ninguno de los voluntarios», asegura. Recuerda los momentos más duros «cuando se incendió un coche dentro del garaje subterráneo de la Casa de Cultura «porque suponía mucho riesgo entrar».

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