Un exconcejal del PNV en Durango fallece en un accidente en Urkiola

Su muerte ha conmocionado a la localidad, donde hace apenas medio año fallecía su padre Ignacio, muy conocido en Durango, al igual que su abuelo Sabino, por su afición al mundo de la cultura en general y al de la fotografía en particular. De hecho, su familia donó el pasado mes de abril alrededor de 10.000 fotografías de la villa a la asociación cultural Gerediaga, organizadora de la Azoka.

El trágico fallecimiento de Ansorena, el menor de tres hermanos, ha sacudido su municipio natal. La aparatosidad del accidente, con el coche envueltó en llamas, dificultó las labores de rescate, que se prolongaron hasta las 15.00 horas. Hasta el lugar se trasladaron varias dotaciones de bomberos, Policía y servicios sanitarios, entre ellos el helicóptero de Osakidetza, sin que pudieran hacer nada por salvar la vida del exconcejal.

El vehículo resultó totalmente calcinado en el siniestro, cuyas circunstancias trata de esclarecer el Departamento de Seguridad. La carretera BI-623, que conecta Durango con Vitoria, permaneció cortada en ambos sentidos hasta las 17.00 horas. El tráfico fue desviado por la AP-8. Precisamente, la alcaldesa de Durango, la jeltzale Mireia Elkoroiribe, se vio afectada cuando se dirigía hacia la capital alavesa. «Lo único que pedía es que no fuera ningún conocido y me acabo de enterar que era Guillermo», comentaba a este periódico visiblemente emocionada minutos después de saber a media tarde que la víctima era un compañero de partido de su misma edad.

Durante la legislatura en la que Ansorena fue edil del Ayuntamiento, hace casi dos décadas, estuvo al frente del área de Turismo, desde donde hacía hincapié en la necesidad de cuidar y respetar el entorno para mejorar la imagen de la localidad a fin de que «el turismo sirva también para dar a conocer la identidad local y reafirmarla».

El interés por la conservación de su pueblo natal se lo había inculcado su padre, Ignacio Ansorena Olazaran, quien a su vez había heredado de su padre Sabino la afición a recopilar imágenes de la villa desde el siglo pasado. Acumulaba 10.000 instantáneas hasta su fallecimiento a comienzos del pasado mes de febrero. Un importante legado que la familia no quería que se perdiera, por lo que en abril donó el valioso material a Gerediaga en un intento por asegurar su conservación.

Amante de la literatura, a Guillermo le gustaba escribir sobre el ser humano y exponer sus inquietudes a través de artículos de opinión, algunos de ellos publicados en EL CORREO. La despedida a este conocido durangués tendrá lugar el próximo lunes, a las siete de la tarde, en la basílica de Santa María.