Los mejores relatos se viven al aire libre

De la mano de la Red de Bibliotecas Municipales, esta iniciativa, que nació en el 2018, propone combinar los día soleados con las páginas de una novela, de lunes a viernes a partir de las 11.30 horas de la mañana y hasta las 13.30 horas y de 17.00 a 20.00. Pero además, estos establecimientos están especialmente preparados para que los críos puedan pintar, leer, hacer manualidades por las mañanas o participar de un cuentacuentos ya sea en castellano o en euskera.

La magia también ha encontrado un hueco en el programa. Una vez a la semana, los más pequeños disfrutan de un show especial preparado para ellos. «La próxima tendremos la visita de un mago, que fascina a los niños», señala Itziar Folla, directora de la Red de Bibliotecas.

La iniciativa se ha abierto paso en barrios como Rekalde, donde tiene su base de operaciones en el parque bajo la autopista, o en los Jardines de Gernika de Miribilla. También en la plaza Karmelo de Santutxu, donde las mayores aglomeraciones se producen hacia mediodía. Los niños llegan de la mano de sus aitites o sus padres para hacerse con un lugar en una de las mesas dispuestas para ellos. No pierden el tiempo y rápidamente se ponen en fila para hacer sus pedidos: un cuento de dinosaurios, dibujos para colorear o juegos de mesas como el parchís, el ajedrez o dominós.

Los abuelos también han encontrado en este espacio una oportunidad para compartir el tiempo con sus nietos. Así lo confirma Pedro Peña mientras se entretiene con Maddi, de 9 años, y Peio (7) jugando a las cartas. «Esta iniciativa está muy bien, principalmente para aquellos niños que no van a la playa y se quedan en la casa. Además me parece una distracción muy sana», señalaba mientras seguía de reojo la partida que se estaba poniendo dura.

A escasos metros, entre una veintena de niños, se encontraba Marian González acompañando a sus dos sobrinas, que se servían de los lápices de ceras para dar rienda suelta a su creatividad. «No nos perdemos esta actividad, es una manera de aprovechar los días libres y pasar tiempo juntos», comenta la tía, que también se había llevado al abuelo «para que califique estas obras de arte».

Pero no solo los más pequeños encuentran su sitio aquí. Los adolescentes también disfrutan de los juegos de mesa por las tardes. «Hemos notado una cantidad importante de jóvenes que llegan en grupos para estas actividades lúdicas», resalta la directora. La oferta es respetable: unas 300 novelas para quienes encuentran especial placer en la lectura, así como DVDs con series y películas. Y si quieren cambiar de registro también la prensa, por aquello de estar al corriente de lo que pasa. Ah, y aquí no se le cierra la puerta a nadie: quien no tenga un carné de biblioteca podrá solicitarlo allí mismo.