Un policía de Barakaldo dispara y hiere a dos indigentes que le atacaron con un cuchillo
Uno de ellos ingresó en estado crítico en Cruces con balazos en la cabeza y el pecho y el otro, leve con una herida en un hombro
Un agente de la Policía Municipal de Barakaldo abrió fuego este jueves contra un indigente al que iba a desalojar de un túnel tapiado cuando ... éste le atacó con un cuchillo. El joven, identificado como Oussama G., de 23 años, ingresó en estado crítico en la Unidad de Urgencias del hospital de Cruces con heridas de bala en un hombro, en el pecho y en la cabeza. Otro 'sin techo' recibió un balazo en un hombro, no se descarta que fuera de rebote.
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Alrededor de las ocho y veinte de la mañana, una brigada de mantenimiento del Ayuntamiento de Barakaldo fue enviada al paso tapiado bajo el puente de Rontegi, junto al garbigune, para sellar un boquete abierto en la pared tras recibir un aviso vecinal. Los conocidos como 'túneles de Lutxana' se cerraron por decisión municipal en abril de 2013, hace más de diez años, porque se habían convertido en un punto negro de especial riesgo para las mujeres después de varios intentos de agresión sexual y robos, uno de ellos a una menor de edad. Se trata de un paseo muy frecuentado por los vecinos de los barrios de Cruces, Lutxana y Zorroza para acercarse hasta el centro de Barakaldo. El túnel fue sustituido por un pasadizo por debajo del viaducto de Rontegi.
Desde entonces, los subterráneos han sido utilizados en varias ocasiones, como en este caso, como 'dormideros'. Según les indicaron a los operarios municipales, alguien había hecho un agujero y se había colado en el interior de la galería para pernoctar. Antes de volver a cerrar el paso, había que desalojar a las personas que se encontraban en el interior, por lo que era necesaria la presencia de la Policía Municipal de Barakaldo.
La primera patrulla pidió el apoyo de una segunda unidad. Los agentes requirieron a los 'sin techo' desde fuera para que salieran. Según ha podido saber este periódico, incluso llegaron a echar algún tipo de aerosol para desalojarles, pero no tuvieron éxito. Finalmente, los patrulleros decidieron entrar con linternas en el recoveco, estrecho y oscuro, donde había un total de tres individuos durmiendo.
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Sestao y Santurtzi, con táser
Según la versión de los policías, los tres indigentes empezaron a atacarles en medio de la oscuridad. Uno de ellos incluso se abalanzó contra ellos con un cuchillo de grandes dimensiones con intención de agredirles. Dos de los policías sacaron su arma reglamentaria, del modelo Smith & Wesson MP9 o Glock, y uno de ellos, con cinco años de experiencia en la calle, disparó varias veces. Los especialistas de la Policía Científica de la Ertzaintza que realizaron la inspección ocular recogieron en la escena tres casquillos, lo que indica que se efectuaron al menos tres detonaciones. El agente, muy afectado por la situación, ha declarado que apretó el gatillo porque sintió amenazada su vida y la de sus compañeros.
A causa del tiroteo, dos de los inmigrantes fueron alcanzados por las balas. El más grave fue atendido en el lugar por sanitarios de una UVI móvil, que le evacuaron con vida al cercano hospital de Cruces. El otro lesionado también fue trasladado al mismo centro médico. Tenía alojado un proyectil entre el hombro y la espalda y estaba previsto someterle a una intervención quirúrgica para extraérselo.
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El herido grave, Oussama G. es conocido en ambientes policiales por haber protagonizado numerosas actuaciones. El joven acumula identificaciones y detenciones por hurtos y otros delitos. Estaba acompañado por A.K., de 50 años e I.R., de 32, el otro lesionado, ambos de origen marroquí. Los tres fueron detenidos por la Policía Municipal de Barakaldo por un delito de atentado a agentes de la autoridad. El caso está siendo investigado por agentes de la comisaría de la Ertzaintza en Sestao. Tras el incidente, se les retiró el arma a los policías implicados para su estudio.
La brigada municipal tuvo que tirar la tapia del túnel en el lado de la calle Azorín para facilitar el acceso de los agentes de la Policía Científica con EPIS. Desde fuera podían verse algunos utensilios para cocinar y acumulación de enseres y suciedad.
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Este incidente reabre el debate sobre la táser, la pistola eléctrica como herramienta intermedia entre la de fuego y la porra. En medios policiales se defiende el uso de este arma no letal para intervenciones con personas violentas, especialmente si exhiben armas blancas. Precisamente, dos localidades fronterizas con Barakaldo, como son Sestao y Santurtzi han dotado en los últimos años a sus plantillas de la Policía Municipal con táser, al igual que algunas unidades de la Ertzaintza como los PRI e Intervención. Durango ha aprobado también un presupuesto de 10.000 euros para adquirir algunas unidades.
El antecedente del tiroteo con una muerta en El Regato
Los incidentes en los que la Policía utiliza armas de fuego son muy poco habituales en el País Vasco. En marzo de 2020, al comienzo de la pandemia, se produjo otro tiroteo en el barrio baracaldés de El Regato en el que una mujer falleció y su novio resultó herido grave por disparos de la Policía Municipal de Portugalete tras una persecución tras un coche robado. Dos policías municipales de Portugalete fueron condenados a dos años y nueve meses de prisión respectivamente. El juzgado de lo Penal número 1 de Barakaldo les culpó del delito de homicidio y lesiones «por imprudencia profesional grave con uso de arma de fuego», según la sentencia de conformidad.Los agentes, uno de ellos en prácticas -identificado como A.F.F., de 33 años- que fue quien efectuó el disparo que causó la muerte a la copiloto, y un veterano con 17 años de experiencia -J.M.E.H., de 48 años- no ingresaron en prisión al carecer de antecedentes penales. Al principal acusado se le impusieron también tres años y medio de inhabilitación para el ejercicio de su profesión y otros tantos de privación de la tenencia y porte de armas. Su compañero tampoco podrá ejercer funciones policiales durante 18 meses ni tampoco usar armas en ese periodo. Según el acuerdo al que llegaron Fiscalía y las acusaciones particulares con la defensa, refrendado el pasado día 2 de febrero de 2023 en una vista judicial, la compañía aseguradora del Ayuntamiento de Portugalete, responsable civil subsidiario, debía indemnizar a la hija menor y a la madre de la fallecida de un disparo en la cabeza, Nagore T.M., que tenía 35 años y viajaba en el asiento de copiloto del coche en fuga, y a Unai L.L., de 38, conductor y delincuente reincidente. Según pudo saber este periódico, la cuantía total de la condena supera el medio millón de euros.
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