«Estamos encantados de movernos un poco más, nos hacía falta tras un año duro»

La pandemia del Covid-19 ha sido –y es– muy dura para la ciudadanía. La población más afectada por esta crisis sanitaria, que azota el mundo desde hace más de un año, es la gente mayor, que ha estado lejos de sus familias y encerrados entre las cuatro paredes de las residencias de ancianos. Ahora que la vacunación masiva ha aumentado el ritmo, los mayores aprovechan la ocasión para salir del municipio y despejarse. Es el caso de los usuarios de la residencia Otxartaga, en Ortuella, que tras más de un año sin poder salir de la localidad minera, este martes han realizado su primera escapada.

«Estamos encantados de movernos un poco más», han expresado durante la excursión a Portugalete, donde han podido observar la ría y disfrutar del sol, además de volver a encontrarse con el Puente Colgante (o Puente Bizkaia), declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006. «Nos hace mucha ilusión ver a nuestras familias, estar más en la calle y realizar salidas. Nos hacía falta tras un año duro», han agregado los mayores durante su visita a la villa jarrillera.

Según han explicado desde el centro residencial, siguiendo las normas establecidas contra el Covid-19, «nuestros mayores han estado más de un año moviéndose solo por la residencia y sus alrededores. Ahora que se ha constatado que la vacuna funciona, y siguiendo las medidas de protección, podemos movernos un poquito más».