Lobos de mar de Plentzia

Un camarote olvidado durante décadas puede entrañar secretos sobre la vida de sus antiguos moradores. Y esta ha sido la premisa que le ha llevado a Javier García-Borreguero a bucear durante años entre fotos, documentos, cartas y diarios de navegación que han quedado plasmados en el libro 'Breve reseña de la familia Arruza', una saga de capitanes de Plentzia. La idea de escribir este libro surgió «hace años, pero sin intención de publicarlo. Simplemente era una historia de consumo interno de la familia, dado que me daba mucha pena que las vidas de nuestros antepasados marinos no la conocieran las generaciones venideras», detalla su autor. Todo dio un cambio radical cuando el responsable de la sección de Patrimonio Marítimo del Museo Plasentia de Butrón, Gonzalo Duo, «leyó lo que tenía escrito y me invitó a dar una conferencia en Goñi Portal». Finalmente, «aunque no era muy partidario de su publicación, accedí», resume.

A lo largo de 59 páginas se narran las vivencias de la familia Arruza, «que residió durante 147 años en Grao», en Ribera, la principal arteria de la villa marinera, hasta la venta de la propiedad en 2016. «Esta es la historia de cuatro mujeres de la familia que se casaron con capitanes de barco», recalca. Muchas veces son las grandes olvidadadas, pese a su importancia en la sociedad de Uribe Kosta de la época. De paso, el lector puede conocer las vivencias de «sus cuatro hombres relacionados con la mar con diferente suerte». El relato arranca con las intensas vidas de estos hombres de mar que en algunos casos llegaron a lo más alto de la marina mercante: Laureano Ugarte, Enrique Arrasate, Isaac Francés y Tomás Sertucha. Por ejemplo, Ugarte, casado con Mirta Arruza, fue capitán del lujoso trasatlántico 'Infanta Isabel de Borbón' integrado en la flota de la naviera Trasatlántica y que junto al 'Príncipe de Asturias' - que lideraba otro plentziarra, José Lotina- era el buque insignia de la flota española.

Naufragios

Un hijo de Laureano Ugarte, conocido como Juanito 'Pocha', muy conocido, protagonizó una de las anécdotas más destacadas de la saga. «Era una persona que de niño tuvo todo en una familia muy acomodada y como su abuelo y padre fueron capitanes estaban predestinado a la marina». Pero cuando empezó a realizar los viajes en prácticas «se dio cuenta que no podía vivir fuera de Plentzia. Renunció a todo, estuvo escondido en casa durante unos días para que no le vieran y vivió toda su vida dedicado a la pesca de bote. Era un precursor de los hippies», apunta. También hay lugar a lo largo de estas páginas para la parte más oscura de la dura vida de los lobos de mar. Por ejemplo, Enrique Arrasate, de Lekeitio, que estudio en la escuela de Plentzia y se casó con Luisa Arruza, murió con treinta años en un naufragio. Tuvo dos hijos. Al primero no llegó a conocer ya que se encontraba embarcado y cuando llegó a Plentzia, el bebé había fallecido. Suerte similar tuvo con «mi madre Ketty. Cuando vino al mundo su padre estaba navegando y jamás regresó a Plentzia.