Getxo abre un local en la iglesia de Algorta para jóvenes migrantes sin recursos
La asociación San Nikolas Zabalik, formada por 150 voluntarios, atiende a 108 personas, de las que la mitad vive en los bosques del municipio
Ser uno de los municipios más grandes de Bizkaia– el tercero en habitantes– convierte a Getxo, junto a su red asistencial, en uno de los destinos prioritarios para los jóvenes que llegan a Bizkaia en un busca de un futuro mejor. La asociación San Nikolas Zabalik, colectivo que trabaja en este ámbito, inauguró el martes un nuevo local, en los bajos de la iglesia de San Nicolás de Bari, en Algorta, para atender de forma «más digna»a estos chavales. A día de hoy 108 personas participan en sus programas de inserción cultural y laboral.
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El espacio tiene una superficie de 178 metros cuadrados y dispone de tres aulas polivalentes dotadas con mobiliario y ordenadores en las que imparten clases de castellano y acompañamiento. Es el primer paso para que estos migrantes puedan posteriormente completar otros estudios que les permitan trabajar en un futuro. Una cuarta aula tendrá carácter polivalente para reforzar las labores formativas, pero también servirá como cocina.
La agrupación San Nikolas Zabalik desarrolla con el apoyo de más de 150 voluntarios, varias Fundaciones privadas y el Ayuntamiento de Getxo el proyecto de clases de castellano; pero también Abegigune con el que asesoran y acompañan a estos chicos, la mayoría de origen magrebí. Esta misma semana, el colectivo ha denunciado que los Servicios Sociales municipales están «saturados». «Llevamos más de diez meses atendiendo a algunas personas que deberían haber entrado ya en el circuito asistencial de las instituciones», advirtieron.
La mitad de las personas a las que ayudan viven en la calle, algunos en tiendas de campaña por los bosques de Getxo. Junto a las clases, les entregan desayunos y meriendas. «Si no fuera por esto, no tendrían nada que comer. Quieren tener un futuro, pero se encuentran con serias dificultades. Creemos que un programa y un itinerario facilita que inicien un camino hacia la inserción. Somos defensores de la dimensión comunitaria de nuestros proyectos», destacó Aintzane Monteverde, presidenta de San Nikolas Zabalik.
Al acto acudió Javi Garai, el párroco que se convirtió hace unos meses en la cabeza visible del programa, y que fue trasladado en junio a Elorrio. El movimiento se enmarcó dentro de los últimos nombramientos aprobados por el Consejo Episcopal para reajustar las plazas que se quedan vacías por falta de vocaciones.
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Desde hace 12 años
Garai recordó que la labor asistencial arrancó en Getxo hace ya 12 años de la mano de la Fundación Harribide de Etxebarri. La parroquia del municipio pegado a Bilbao pidió a Getxo que le echase un capote ante la llegada de estas personas. La Iglesia e Etxebarri no dispone de unas dependencias como las del municipio costero. «Era un acto de solidaridad entre localidades que ahora es más necesaria que nunca. Aquella fue la expresión de una Iglesia que se quería comprometer con la cohesión social, un sentimiento que se contagió a un pueblo», comentó. Garai pidió «más implicación de otros ayuntamientos».
El cura mostró a las decenas de personas que participaron en la inauguración de los locales una foto en la que aparecían los primeros chavales a los que sacaron de la calle. «Habrá gente que mire y vea unos 'moros', unos delincuentes, un peligro y una invasión. Después de cuatro años yo veo la realidad. Hassan trabaja en una fábrica, Zacarías es carpintero, Hamid ha montado una peluquería en Bilbao...», enumeró con orgullo y a guisa de ejemplo. Amaia Agirre, alcaldesa de Getxo, se congratuló por lo solidarios que somos. Es un valor que tenemos y un honor ver este compromiso».
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