Habrá que esperar a la tarde, por aquello de las mareas, pero lo harán. Será la tercera vez. La primera Procesión Náutica de la Amatxu ... de Begoña por la Ría de Bilbao tuvo lugar el 14 de agosto del 2019. Se enmarcó dentro de los actos de conmemoración del V Centenario del primer documento donde se menciona a los cofrades del Santuario de Begoña. Después llegó una galerna llamada pandemia y las aguas se quedaron solas. En 2022 regresaron y este 14 de agosto volverán a hacerlo. Es una nueva tradición con alma vieja. De Santurtzi a Bilbao por la ría y en la víspera de la Asunción. Lo que nos recuerda el debate sobre la popular, yo diría que universal, canción de nuestras sardineras. Resulta que la cantamos mal. Como lo leen.
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Antes de abordar el tema, hablemos del acto. Esta procesión náutica pretende homenajear a la cofradía de Nuestra Señora de Begoña. Nadie sabe cuándo fue creada. Así que nos basamos en el primer documento. Se trata de una sentencia del Corregidor de Bizkaia, Ramírez, que hace una referencia a la misma. Está fechada el 20 de agosto de 1519, aunque su origen se pierde en la noche de los tiempos.
Los historiadores, como el gran experto Andrés de Mañaricúa, siempre apuntaron a que su nacimiento pudo ser, por razones obvias, durante la fundación de la anteiglesia de Begoña, que es anterior a la de la Villa de Bilbao. Pero dado que en 2019 se cumplía el 500 aniversario del hallazgo de ese documento, decidieron celebrarlo con esa subida por las aguas. Fue tal éxito que acordaron convertirla, bendición del obispado incluida, en cita anual. Lo sabe bien Joseba Segura que era obispo auxiliar y Santiago Juárez, párroco de la localidad santurtziarra. Ambos estuvieron en aquella procesión náutica liderada por una embarcación muy conocida, porque es la utilizada para la Virgen del Carmen.
Esta vez, como entonces, se pide a los participantes que notifiquen su asistencia, vistan camisa blanca y pantalón azul y no olviden la parada bajo el Puente de La Salve. Siguiendo otra tradición, como hacían quienes regresaban de lejanos mares, cantarán desde allí a la amatxu de Begoña. Pero ya les decía que hay un tema que regresa a las aguas de la mente y que puede generar debate en sobremesas estivales. Resulta que cantamos mal las estrofas que dieron la vuelta al mundo para contar el día a día de las sardineras.
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La cosa merecerá más líneas otro lunes. Pero valgan como aperitivo las de hoy. En la Red de Bibliotecas de Santurtzi contaban con una versión, y una reflexión al respecto, del año 1908. Aparecía en el periódico liberal 'La Guerra Carlista', que se publicaba entonces en Bilbao. Arranca de una forma absolutamente diferente y diciendo «Aunque pobre sardinera sin gorro ni papalina, no me doy por la primera que anda por el Boulevard». Ni rastro del inicio habitual «Desde Santurce a Bilbao». Y en una de las pocas estrofas que coincide con la actual el «porque me oprime el corsé» aparece como «sin que me oprima el corsé». De hecho Emiliano de Arriaga, escritor, compositor y cronista bilbaíno a quien debemos el libro que recoge nuestro lexicón, también escribía de esa manera la estrofa del corsé.
No es solo un detalle musical o un error en las versiones. Hay mucho de antropología y sociología. Porque las sardineras no tenían trabajo, posibles, ni ganas de llevar tal prenda durante aquellos recorridos. Que, sea dicho de paso, se dejaron de hacer a pie cuando el tren se convirtió en otra orilla más cómoda, suavizando así el duro trabajo de las mujeres que viajaban a Bilbao para vender las piezas pescadas por sus hijos, padres y maridos. No solo eran sardinas, pero la canción pesó más que la verdad y se convirtió en ley. Recuérdenlo si van el 14 de agosto a la procesión náutica de la Amatxu de Begoña. Por cierto, aseguran expertos en aguas que deberíamos volver a dragar la ría. Y seguro que llevan razón. En cambio las viejas canciones me temo que ya no hay forma de drenarlas.
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